La tierra de la sauna

AutorHaydé Murakami

Enviada

KEMI, Finlandia.- Hasta la palabrita que utilizamos para referirnos a este cálido baño relajante es de origen finlandés: sauna.

Y es que, además de su alta calidad de vida, de su orden social y de sus renombrados arquitectos y diseñadores, si hay algo que distingue a la sociedad finlandesa en el mundo es su pasión incansable por esta costumbre, que tiene casi dos mil años enraizada en su cultura.

Ya que se trata de un elemento tan importante de identidad nacional, todo finlandés entusiasta sabe el dato y lo lanza orgulloso al extranjero a la primera provocación: en este país nórdico de sólo 5.1 millones de habitantes hay más de 1.7 millones de saunas. Es decir, una por cada tres habitantes.

Casi cada familia en estas frías tierras tiene alguna disponible. También cualquier balneario, centro deportivo, hotel o sitio de acampar, pero se les puede encontrar incluso en lugares inimaginables, como en pequeños barcos o en campos militares de las fuerzas de paz de la ONU donde haya algún regimiento finlandés.

El mismísimo parlamento también cuenta con instalaciones de primera para apapachar a los legisladores, como quiso hacerse en México hace seis años con un resultado escandaloso, quizás porque nuestros diputados no tomaron en cuenta lo muy contenta que está aquella sociedad con su gobierno.

"Y sí, bajamos a la sauna y nos relajamos un poco de vez en vez", confiesa sin dejo alguno de culpa la diputada Minna Sirnö", de la Alianza de Izquierda al mostrar las instalaciones en el sótano del parlamento.

Y la sauna también se trata de éxito. Si un negocio quiere mantener su imagen no deberá perder de vista, tener un par de cuartos disponibles para instalar una sauna.

Una cálida historia

Frans Eemil Sillanpää, ganador del premio Nobel de Literatura en 1939, contaba que en un oscuro periodo de su vida literaria volvió a su pueblo de la infancia, se metió a la sauna de su niñez, y vio cómo su depresión y angustia se derretían con el calor. Al salir de ahí, esa misma noche, hizo las paces con la pluma y el tintero.

Y aunque hoy en día la actividad tiene como fin relajar el cuerpo y aclarar la mente, las primeras saunas se utilizaron para fines más prácticos en esta región castigada con tan duros inviernos.

Un viejo dicho finlandés reza: "Si la sauna, el licor y el alquitrán no ayudan, su condición es fatal". Incluso se llegó a decir que la sauna era la farmacia de los pobres, pues ahí muchos "sudaban" sus males con la ayuda de curanderos que les...

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