Tierra con aroma a café
| Autor | Cecilia Núñez |
Enviada
QUINDÍO, Colombia.- No importa en qué parte de Colombia te encuentres, basta salir de tu habitación para que el aroma a café te invada. Dar el primer sorbo es experimentar cómo la mañana se convierte, como por arte de magia, en un buen día, mientras sostienes la taza de bebida humeante entre tus manos.
Aunque en este país hasta el café de los aviones es bueno, la garantía de calidad es Juan Valdez, una marca que cuenta con más de un centenar de cafeterías donde se ofrece la bebida en todas sus presentaciones: tinto (negro), café (con leche), frappé y capuccino, entre otras invenciones que tienen que ver con crema batida.
Las tazas rojas con la imagen de un campesino cafetero dibujada relatan la historia de una región que viste de verde y forma un triángulo perfecto geográficamente, el Eje Cafetero: Caldas, Quindío y Risaralda.
En esta región de 14 mil kilómetros cuadrados se esparcen cordilleras, montes, montañas, nevados y ríos, escenario ideal para el ecoturismo donde la naturaleza se fusiona con la cultura del café.
Entre cafetales
Es aquí donde se encuentran los terrenos cafeteros más productivos de Colombia. Las condiciones del suelo como región volcánica y el clima, con dos marcadas estaciones de lluvia en el año, son las características principales para que la tierra regale frutos de buena calidad.
El triángulo del café es donde las haciendas abren sus puertas para los viajeros que buscan experiencias que conlleven estilos de vida auténticos. Las familias propietarias de terrenos son las mismas que brindan servicio a los turistas, y en sus cocinas aún se puede percibir el olor a comida casera. Todo esto sucede en casonas de arquitectura colonial que se fusionan sutilmente con la naturaleza.
Algunas de las haciendas más recomendables para pasar semanas en medio de cafetales son el hotel campestre Termales el Otoño (Manizales, Caldas), Finca San Francisco (Armenia, Quindío) y San José (Pereira, Quindío).
Si paseas por fincas cafeteras, como El Carriel, además de realizar una agradable caminata donde se respira aire puro y los ojos se llenan de matices verdes, podrás platicar con campesinos, los verdaderos responsables del sabor del café que Colombia comparte con el mundo.
En el Eje Cafetero no sólo se mira en tierra firme: se puede hacer tirolesa entre caracolíes, plantíos de guadua y plátano para disfrutar del paisaje desde las alturas o visitar el Valle de Cocora, hogar de 14 especies de colibríes y de una deliciosa trucha...
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