La tierra de los abuelos de piedra

AutorCecilia Núñez

Texto y fotos: Cecilia Núñez

Enviada

JEJU, Corea del Sur.- Con un tono de voz discreto, la guía se presenta como Young Mi, que en coreano significa esperanza y prosperidad.

"Pero tú dime Kim", dice dudando de mi habilidad para pronunciar su idioma. Celebro su nombre real y lo repito, pero haciendo un gesto negativo, deja en claro que dado que vengo de occidente, me corresponde llamarla Kim. Luego entenderé que la mayoría de los coreanos usan dos nombres, el original y otro que usan para presentarse con aquellos ajenos a la cultura oriental.

Mientras avanzamos hacia el suroeste por un camino rodeado de una alfombra verde interminable, Kim comienza diciendo que Jeju es la isla de mayor extensión del país y que en ella habitan unos 560 mil isleños felices, cuya sociedad, de marcada estructura matriarcal, no está familiarizada con la maldad ni con la delincuencia y que, por supuesto, no saben qué es eso de tener candados en las puertas de sus casas.

No sé si es por los paisajes naturales, que incluyen cráteres dormidos convertidos en lagunas, por el matriarcado o por la seguridad pública, pero comienzo a fantasear con la idea de que el paraíso está justo aquí, en esta isla localizada en el Estrecho de Corea, a 64 kilómetros al sur de la península coreana.

La tórrida lluvia y el viento intenso que zangolotea las hojas de los árboles comienzan a parecer, más que hostiles, juguetones, y noto cómo el gesto de Kim se relaja cuando observa que he sucumbido ante el embrujo de su isla.

"Jeju tiene cuatro elementos propios: la lluvia de cada tercer día, los vientos fuertes o tifones, las piedras volcánicas y las mujeres", comenta, regalando una visión completa sobre la esencia del lugar.

Pronto descubro que la belleza de los escenarios naturales es tan famosa como las henyo o "mujeres del mar", una comunidad de valientes mujeres buzo que se ganan la vida sumergiéndose de 10 a 15 metros en el mar, con la única ayuda de sus pulmones.

Bucean para pescar moluscos, conchas y abulones, un cotizado alimento que presume ser el afrodisiaco más eficaz y que es conocido como un verdadero manjar del mar.

"La más anciana de las henyo tiene 83 años. Aunque todas sufren mucho de migraña por las inmersiones profundas que realizan, son muy sanas y tienen una larga vida", cuenta Kim, con cierto aire de orgullo hacia las mujeres de su isla.

Protección de roca

De las 3 mil islas que conforman Corea del Sur, la naturaleza eligió a Jeju para hacer de sus mil 845 kilómetros...

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