Tiempo de Negocios / Las deudas acorralan a Satmex

AutorDarío Celis Estrada

La oferta de la empresa Constellation por el control de Satélites Mexicanos estará vigente hoy a las 12 de la noche. Como ayer le informábamos, esta firma ofreció un dólar por la firma operadora.

Ya se imaginará que en el campamento de Lauro González y Sergio Autrey la propuesta fue calificada de absurda. Y es que se da por hecho que la propuesta no es más que un intento oportunista.

Constellation es una empresa creada por mexicanos. Mark Randolph James, a pesar del nombre, es nacional. Tiene una empresa dedicada al negocio de las telecomunicaciones.

Van asociados en esta aventura Ramón Luján, Óscar Garibay y Héctor Llerena. Se asegura que otro interesado en incorporarse a la compañía es José Antonio Cañedo White, ex ejecutivo de Televisa.

Dicen tener avanzadas negociaciones con los tenedores de bonos, tanto de las denominadas "floating rate notes", como del resto del papel que hacen un global por unos 713 millones de dólares.

Constellation pretende efectuar una capitalización de 400 millones de dólares, para lo cual afirma tener comprometido un financiamiento de Capital Alliance Corporation, un banco de inversión.

Los interesados dicen que tienen como aliado operador a la española Hispasat, que dicho sea de paso, es uno de los interesados en la posición 77 oeste que subasta la SCT, al mando de Pedro Cerisola.

Hispasat tiene una flotilla de cuatro satélites y establecería con Satmex una sinergia que ofrecería significativos beneficios al mercado mexicano, amén de certidumbre que hoy evalúan opciones de migración a otros satélites.

Pero más allá de la oferta, que se asegura será ignorada, la realidad es que Satmex está en una auténtica encrucijada: en los últimos tres años ha visto disminuir en 40 por ciento sus ingresos.

Además de los pasivos por 713 millones de dólares, tiene una deuda pendiente con el Gobierno mexicano por otros 190 millones de dólares, producto de la desincorporación y posterior compra de Autrey y González.

Este es otro caso de una privatización que resultó un fracaso. Por los satélites en su momento se ofreció una suma muy elevada, que a la postre fue imposible costearla, lo que llevó al precipicio a los ganadores.

A lo anterior habrá que agregarle la mala suerte de la falla en uno de los satélites Solidaridad, que ahondaron las complicaciones de la empresa, y la multiplicación de las ofertas satelitales de otras compañías.

Todo ese entorno también llevó a Loral Space, el socio de Satmex, a declararse en bancarrota...

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