Tiembla mercado del arte

AutorErika P. Bucio

El impacto de la pandemia por el Covid-19 en el mundo del arte va más allá de ferias canceladas y subastas pospuestas, así como la apertura en línea de galerías virtuales.

Se dibuja en el panorama una nueva realidad económica y formas de circulación de público y de obra.

La feria Frieze reportó en una publicación que la Alianza Americana de Museos de Estados Unidos estima las pérdidas diarias de los recintos de ese país en al menos 33 millones de dólares, aunque una nota de The New York Times ha hablado de 100 millones sólo para el Met, lo que hizo saltar las alarmas.

"¿Cómo sobrevivirán instituciones más modestas que carecen de un fondo de 3.6 billones de dólares como el Met?", cuestiona el artículo de Frieze. Y, sobre todo, cómo harán los artistas ya de por sí sujetos a la estrechez económica.

El crítico y curador mexicano Cuauhtémoc Medina observa un "cambio de época, de ciclo económico y de perspectiva cultural".

Ya lo advirtió la ONU, expone en entrevista: el mundo se enfrenta con el coronavirus a la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.

Los desafíos enumerados por Medina son mayores. ¿Cuán transformados quedarán la esfera pública y el espacio público además de la gran crisis económica global y su efecto sobre los mercados culturales y artísticos?

"Todo indica", dice, "que una variedad de estructuras van a estar sometidas a un gran peligro: cines, espacios independientes; la enorme precariedad de la práctica cultural está en este momento en un riesgo enorme".

El artista Bosco Sodi puso a circular en la red el texto Is the End of the World As We Know It? (¿Es el fin del mundo como lo conocemos?), donde insta a replantearse la "vorágine" de un mercado sin control y con poco espacio para la reflexión, un "monstruo que engulle".

"¿Es necesario tener tantas ferias de arte, tantos eventos, tanto viaje, tanta velocidad?", cuestiona.

Su mayor preocupación ante la actual crisis son los artistas jóvenes sin oportunidades.

Sodi proclama el fin de las obras de miles y miles de dólares en producción, en contra del despilfarro. Y augura que muchas galerías entenderán que los gastos excesivos no pueden seguir.

"Había un exceso de dinero que permitía a muchos artistas, tal vez incluido yo en muchas ocasiones, hacer producciones costosas y sofisticadas. Creo que esto va tener que hacer una reconexión con la esencia del arte", señala en entrevista Sodi, quien se refugia en Casa Wabi, en Puerto Escondido, tras haber logrado salir de Nueva York, el...

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