Tiembla Georgia

AutorNilda Navarrete

Reforma / República Checa

Los hechos que terminaron con la renuncia del Presidente Eduard Shevardnadze cambiarán el destino de esta ex república soviética, privilegiada en la era comunista por haber sido cuna de Josef Stalin y hoy ambicionada por Moscú y Washington debido a su estratégica posición en el Cáucaso, región azotada por sangrientos conflictos interétnicos y ruta obligada del petróleo del Mar Caspio, donde se estima que hay más reservas que en Arabia Saudita.

"Si usted mira un mapa, enseguida comprenderá lo que está pasando en Georgia. Aquí se juegan los intereses de las grandes potencias", aseguró Vladimir Votapek, del Instituto de Investigaciones Internacionales de Praga quien agregó que "está claro que para todos los bandos Shevardnadze se había convertido en una ficha gastada".

La periodista en Tbilisi, Natalia Antelava, advirtió que "la jugada es muy peligrosa, no hay más que recordar que después del 89, cuando Georgia declaró su independencia, se rompió el equilibrio multiétnico y estalló una de las más sangrientas guerras post comunistas entre georgios, abjasios, rusos, griegos y chechenios".

Las escenas captadas entonces en la provincia de Sukimi a orillas del Mar Negro, mostraron a miles de personas ejecutadas en plena vía pública, ahorcadas, con sus estómagos abiertos a cuchillo. Allí se enfrentaron los federalistas georgianos y tropas separatistas abjasias, despedazándose unos a otros.

Aquella guerra destruyó las riquezas del país. En la época comunista Georgia exportaba el 97 por ciento de toda la producción soviética de té y cítricos. Ahora el salario medio es de unos 10 dólares y más de la mitad de las industrias han sido cerradas. En esta situación el Presidente Shevardnadze tenía pocas jugadas a su favor.

Para el analista soviético Valeri Asrian, los hechos recientes demuestran, no obstante, que los métodos políticos han mejorado en Georgia.

El primer Presidente de la Georgia independiente, Zviad Gamsajurdia, fue derrocado por la violencia y luego asesinado en 1992, cuando Shevardnadze, viejo comunista y mano derecha de Gorbachov durante la Perestroika, regresó a su natal Tbilisi para dirigir el Estado y luego ser electo Presidente.

Pero Shevardnadze no pudo asegurar ni la estabilidad económica, ni la política, ni la integridad territorial de un país que incluye ahora tres regiones autónomas: Abjasia (independiente de facto), Osetia del Sur (que pretende la soberanía) y Adzharia, que ya no es controlada por...

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