DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / País laico

AutorCatón

"¿Te parece si esta noche cambiamos de posición?" Así le dijo un tipo a su mujer. "¡Claro que sí! -respondió ella entusiasmada-. ¡Tú te pondrás a planchar y yo me sentaré en el sillón de la sala a tomar cheves y botana y a ver en la tele el partido de futbol!"... Can y Bal, pareja de antropófagos, secuestraron al alambrista del circo y lo devoraron. El médico les había recomendado una comida balanceada. (No dejaron nada del infeliz cirquero. Si hubiesen sido antropófagos vegetarianos se habrían comido solamente la manzana de Adán, las plantas de los pies, las palmas de las manos y la flora intestinal)... Muchas preguntas me hago sobre Dios, entre ellas una muy inquietante: ¿qué hace el buen Señor cuando dos boxeadores salen a combatir al sonar la campana que llama al primer round, y ambos se persignan? Seguramente al final favorece al que boxea mejor, pero por lo pronto los dos púgiles lo ponen en apuros para decidir. Así las cosas, pienso que Diosito le agradeció su intervención a Yogi Berra, el legendario catcher de los Yanquis de Nueva York, aquella vez que un pelotero latino trazó con su bate una cruz en el home plate para pedir la ayuda divina antes de batear. Yogi borró el signo con su guante y le dijo al bateador: "Deja que el Señor se limite a ver el juego". Otra interrogación me asalta: ¿qué hará el Augusto con las llaves de los estados y ciudades que en estos días le están entregando en profusión un buen número de gobernadores y alcaldes mexicanos? ¿Dónde pondrá todo ese fierrerío, si me es permitida la expresión? Para colmo no ha de faltar algún munícipe que diga lo que aquel alcalde de lugar pequeño a quien el gobernador le pidió que le entregara las llaves de su ciudad a cierto visitante distinguido. "Pos le entregaré las trancas, señor -respondió el hirsuto edil-, porque el pueblo no tiene puertas". Uno de los mandamientos del Decálogo prohíbe a los creyentes tomar el nombre de Dios en vano. Considero que violan esa prescripción -aparte de violar la ley- lo mismo los políticos que usan la religión para congraciarse con la gente que los curas católicos o pastores evangélicos que llevan a los gobernantes a hacer en público pronunciamientos religiosos, ya sea invocando al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen Santísima o en el nombre de Jesucristo Salvador. Yo soy creyente -lo soy por tradición, por...

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