Testimodus Operandi / Me voy

AutorEdmundo Dantón

Esta es la carta que detalla las razones reales por las que me voy de la Comisión de Derechos Humanos.

La otra es la oficial, con la que sólo pretendo llenar el requisito para dejar la institución, esta institución que alguna vez le dio la razón a mi vida y me permitió sentir la fusión solidaria con los atropellados por la sociedad, para quienes luché, con la única esperanza de que nuestro rescate les diera la fe y la fuerza, para decidir que su vida, y la vida de los suyos, puede ser mejor mañana, y que luché por conseguirlo.

Me perdonará que le llame de usted, pero es que ahora resulta para mí un absoluto desconocido, del que no sé nada y del que puedo esperar cualquier resultado.

Hace rato que dejó de ser el compañero, romántico y apasionado, que tras una preparación universitaria envidiable, y una búsqueda hambrienta de justicia social, desde todos los foros, inteligentes y amplios al alcance, se ganó un sitio de representación a pulso, desde donde se esperaba un esfuerzo a la altura de las dificultades para conseguirlo.

Cómo es posible que después de salvar los obstáculos que el camino elegido presentaba, después de enfrentar las fuerzas oscuras, que ven en los derechos humanos la pérdida de sus prebendas y su poder, cómo, después de lograr el reconocimiento, tanto de las calificaciones académicas, las experiencias profesionales, como los méritos de probidad e imparcialidad, en la mediación arbitral, un equilibrio y equidad democrática y justeza de criterio, en asuntos de la más alta prioridad nacional: los derechos humanos a los conacionales. Cómo, después de tanto vigor y ánimo alentado, cómo o por qué esa renuncia a todo lo buscado y conseguido. Cómo se borra la conciencia, lo pensado, lo comprometido, lo elegido, para trocarlo por la triste postura de "eunuco" hincado a las órdenes del Ejecutivo.

La Comisión de Derechos Humanos es esa parte de la consciencia social, que se avoca a evitar que el castigo por ofensa social sea desmesurado e incluso suplantado. Su ser y hacer, requiere serenidad e imparcialidad; en la conciencia de que todo exceso e injusticia, habrá de revertirse al propio...

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