Testifica López Mills el paso de los días

AutorSilvia Isabel Gámez

Prefiere ser testigo, no partícipe, del paso de los días. A Tedi López Mills, su intimidad no le interesa como materia poética; se siente más cómoda a la intemperie, hurgando en las imágenes que la cruzan o en las palabras que descubre prendidas a sus párpados.

Horas es para López Mills un "libro misceláneo", con poemas oscuros, narrativos y también personales. "Muchos son cosas que me hubiera gustado vivir, o que estoy viviendo, pero salvo excepciones no son biográficos".

Poesía que interpela las zonas fronterizas, según el también poeta Fabio Morábito, la autora mantiene "un cristal invicto de por medio" entre ella y la realidad que busca describir. "Creo que los poemas no se hacen a partir de actos voluntarios de camuflaje o exhibición; el mío es un estilo sesgado, oblicuo, que se relaciona con mis preferencias literarias: T.S. Eliot, Pound, Paz, Gorostiza, Plath, Elizabeth Bishop".

Publicado por Trilce, Horas es resultado de la Primera Beca de Poesía Octavio Paz, otorgada a López Mills en 1998 por la Fundación que lleva el nombre del Nobel . "El peso de Paz fue tremendo al principio. Luego, cuando estás en tu casa, todos los nombres se vuelven más amigables; sabes que un libro que abres y lees en cierta forma te pertenece".

Nacida en la Ciudad de México en 1959, la poeta estudió filosofía en la UNAM y literatura en La Sorbona. Ganadora en 1994 del Premio Nacional de Literatura "Efraín Huerta" con Segunda persona, ha publicado también los poemarios Cinco estaciones, Un lugar ajeno y Glosas.

Horas royendo el día el año el siglo el hueso es el epígrafe de Paz que abre un libro donde la palabra "horas" se repite constantemente, como si marcara la bitácora de tiempo en que la poesía se fue construyendo.

"En épocas buenas, la poesía llega una vez a la semana; dos, en casos privilegiados. Escribir poesía es una experiencia de una increíble intensidad, nunca es aburrido; resulta también una experiencia codiciable, que siempre quieres repetir. Hacer poesía produce además una extraña forma de conocimiento, no sabría decir qué, quizá algo que ya sabías".

Al escribir, afirma López Mills, siempre hay caras que la observan por encima del hombro: "el poeta que estás leyendo, la gente que...

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