Tesoros hechos de sal

AutorAnaline Cedillo

Enviada

WIELICZKA, Polonia.- Parece que Lukasz Kazmierkiewicz lleva semanas sin abandonar las minas de sal. De figura delgada y tez blanquísima, se mueve como de memoria por los pasillos laberínticos del lugar, mientras en un español impostado narra historias que mezclan realidad y ficción.

A 10 kilómetros al sur de Cracovia y 380 escalones bajo tierra, Lukasz nos guía mientras damos los primeros pasos por las entrañas de las Minas de Sal de Wieliczka. De este yacimiento, que presume ser el más antiguo del mundo aún en funcionamiento, se extrae la preciada sustancia desde el siglo 13 y ahora produce unas 15 mil toneladas de sal cada año.

Actualmente, lo que más se explota es el turismo: el año pasado la mina recibió un millón 117 mil visitantes. Sin embargo, Wieliczka siempre ha despertado curiosidad. En la cámara dedicada a Nicolás Copérnico, una estatua de sal conmemora la visita que hizo en 1493. A sus 20 años de edad, el astrónomo polaco fue el primer turista en asomarse. Después le siguieron otros, como el escritor y científico alemán, Johann Wolfgang von Goethe, quien se cuenta que estuvo en 1790.

La temperatura exterior se acerca al cero, por lo que los 14 a 16 grados centígrados que experimentamos dentro de la mina se sienten como un alivio.

De una cámara a otra, venciendo la tentación de lamer las paredes, vamos por el camino de la "Tourist Route". Se trata del recorrido más popular dentro de la mina, el cual dura unas dos horas y media, aproximadamente. Aunque, a decir de nuestro guía, es también el más tranquilo. A principios de este año se estrenó "The Miners' Route", una experiencia en la que los turistas, vestidos y equipados, viven en carne propia la labor de un minero.

Dentro también se propone la "Pilgrims' Route", un recorrido en el que un grupo peregrina por las distintas capillas subterráneas, como la de San Antonio (patrono de los albañiles y mineros), acompañado de un sacerdote; o el recorrido para niños mayores de 5 años, "The Mine for the Grownups and the Little Ones", salpicado por leyendas de duendes y dragones a lo largo del camino.

La ruta que demanda más esfuerzo físico se llama "The Mysteries of the Wieliczka Mine", donde en cuatro horas, los visitantes, enfundados con trajes de mineros, guiados por una lámpara y protegidos con una máscara que absorbe monóxido de carbono, develan los secretos de esta fuente de riqueza, por sus zonas más vírgenes.

Perdemos la noción del tiempo mientras seguimos las piernas...

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