Tesla: la mente de un inventor

AutorTeresa Martínez

Hoy, antes de leer esto, seguramente ya usaste un invento del científico Nikola Tesla: una cafetera, una secadora para cabello, un cepillo de dientes eléctrico, una lavadora o, simplemente, la luz eléctrica.

Son elementos de la vida diaria con principios basados en los hallazgos de uno de los inventores más importantes del siglo 20.

Y de forma didáctica se explican en la expo "El futuro me pertenece: Nikola Tesla", que ya abrió sus puertas en la Nave Generadores, dentro del Parque Fundidora en Monterrey.

Miguel Ángel Delgado, curador de la muestra junto con María Santoyo, detalló que Tesla logró llevar la electricidad a los hogares, inventar el motor de corriente alterna, además de crear las bases de la luz neón, la energía hidráulica y la máquina voladora.

"Van a ver a alguien que está muy vivo y que decía cosas que probablemente sus contemporáneos no entendieron y estamos empezando a entender ahora", detalló el especialista en el científico de origen serbio.

Fotos, videomapping, textos, fragmentos de películas, una instalación y gráficas adentrarán al público en la mente del científico nacido en 1856 y fallecido en 1943, innovador en electricidad y electromagnetismo.

La expo permanecerá hasta el 27 de septiembre y en enero se exhibirá en el Centro Nacional de las Artes, en la Ciudad de México.

· Después de una línea de tiempo biográfica e histórica, el público admirará un videomapping simbólico que ilustra sus vivencias, desde 1859 cuando conoció la electricidad a través de su gato, hasta sus últimos días cuando era tachado de demente.

· Al salir hay una fotografía de Tesla sentado en su laboratorio en Colorado Springs con rayos luminosos gracias a una proyección. El fotomontaje de la época le daba publicidad como ingeniero al lado de una bombilla de 4 millones de voltios.

· Enfrente de la imagen hay un mapa de la ciudad de Nueva York que identifica los lugares donde el inventor vivió, trabajó y tuvo sus laboratorios, como la habitación 3327 del hotel The New Yorker, donde pasó sus últimos 9 años y que se renta como atractivo turístico.

· Emulando la forma de su laboratorio, una estructura circular rodea una serie de paneles con textos...

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