Por los terruños del Malbec

WINE GEEKS BY CMB*

Cuenta la leyenda del vino negro que, desde los tiempos de Leonor de Aquitania y Enrique II de Inglaterra, la uva Côt producía grandes caldos cuya fama se extendía más allá del sudoeste francés. Hoy, la Malbec se cuenta entre las cepas más importantes de la historia enológica francesa y es pilar de la vitivinicultura argentina y de algunas regiones emergentes.

Conocida por su capacidad para producir vinos de intenso color ("vinos negros"), en los límites del pequeño pueblo de Cahors, a las orillas del río Lot, la Malbec era demandada en banquetes y cenas de la alta sociedad gala. Su fama la hizo aterrizar a las puertas de la zona más famosa del sudoeste francés: Burdeos.

Proliferó tanto en aquella región que, incluso, adquirió infinidad de sinónimos: Côt, Auxerrois, Pressac, Malbec... Investigaciones sugieren que comparte origen con la Merlot -al provenir de la antigua cepa Magdelene Noir des Charentes-, y la casi extinta Prunelard.

Hasta mediados del siglo 19, la Malbec brillaba en el sudoeste galo, inclusive dominó la escena bordelesa. Pero las malas cosechas hicieron a muchos viticultores reemplazarla por Cabernet Sauvignon, más resistente a enfermedades.

Adicionalmente, las guerras napoleónicas provocaron escasez de barricas de roble báltico, que beneficiaba notablemente a los Malbec; los productores optaron entonces por roble francés, favorecedor para Merlot y Cabernet Sauvignon.

Los últimos clavos en el ataúd de aquella debacle fueron los terribles ataques de filoxera, a mediados del siglo 19, y la gran helada de 1956, que terminó por desvanecerla, excepto de su tierra natal: Cahors.

Actualmente, los Malbec franceses son una positiva rareza. Se trata de fermentados de gran intensidad, con profundos tonos azulados y violáceos, y aromas que recuerdan a moras azules, cerezas negras, café, tabaco e incluso cuero.

Los suelos de piedra caliza de Cahors les confieren un muy agradable equilibrio en boca y frescura que se mantiene al paso de los años. Sin embargo, a diferencia de los argentinos, pueden sentirse más duros, con astringencia marcada, de esa que seca el paladar y pide alimento.

ÍCONO DE ARGENTINA

Ningún territorio ha venerado a la Malbec como Argentina. Allí, la uva francesa se ha extendido tanto como pueda imaginarse.

La Malbec llegó al Cono Sur de la mano del agrónomo Michel Aimé Pouget, justo cuando comenzaba a perder terreno en Francia. Pouget se estableció primero en Chile, llevando consigo varas de...

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