Terlenka

(Embargada para sitios en Internet hasta las 24:00 horas locales) ¿Tienes una gran idea?Por Guillermo Fadanelli EL UNIVERSALDe cuantas ideas pasan por nuestra mente sería arrogante creer que alguna nos pertenece o que somos dueños en sentido estricto de su origen (nunca poseemos una idea). Lo que nos da la ilusión de poseerla no es sólo el hecho de que aceptamos su verdad, sino sobre todo que la decantamos o damos vida en el momento de expresarla por medio de palabras.Las ideas son nebulosas por constitución, son nubes en movimiento cuyo contorno cambia en cuanto ellas avanzan empujadas por el viento. Sólo Funes el Memorioso, en el famoso relato de Borges, podría atrapar por un instante la forma de una nube en su mente y recordarla muchos años después sin variaciones. La memoria de este hombre, que nunca aprendió a pensar, podía contener la forma de las nubes australes sucedidas en cierto momento y compararlas, en el recuerdo, con las vetas de un libro o con otros objetos disecados en su memoria. El orden en su mente se producía cuando Funes comparaba imágenes entre sí, de manera que las nubes de un otoño lejano le hacían recordar las líneas de la espuma que un remo producía en las aguas de un río en una mañana de marzo, (Toda teoría del caos tendría necesariamente haber pasado antes por la lectura de Funes el Memorioso). Pero, a diferencia de Funes, nosotros no somos simples observadores que guardan imágenes en su memoria, sino seres que piensan y, por lo tanto, se equivocan constantemente en sus apreciaciones. Y así como las nubes se desplazan en el tiempo las ideas cambian de rumbo o se disipan formando nuevas variaciones.¿Cómo entonces apresar una idea sin que ésta se desvanezca en las manos? Es inútil porque las ideas no son cosas y sí horizontes hacia los que se avanza un tanto a ciegas sin más certeza que el movimiento mismo que provoca su aparición en lontananza. Lo que sí es posible es que las ideas tomen un nuevo rostro cada vez que abandonan su estado nebuloso para ser sentidas, reflexionadas y expresadas por una persona que posee experiencias singulares o una vida que le es propia e inédita. Este largo preámbulo me ayuda a describir y a valorar la importancia de la literatura o de los escritores de ficción en una época en que la imaginación tiende...

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