Al Tercio y en los Medios / Una despedida de altura

AutorJosé Luis Ornelas

La despedida de Manuel Caballero en la Plaza México fue un acontecimiento extraño. La emotividad se desbordó y el cariño del público fue evidente, en un marco pocas veces visto e el adiós de un torero español.

Incluso la historia misma de Caballero en la Plaza México se ciñe a tan sólo siete años desde su confirmación de alternativa en 1997 y hasta la del domingo pasado, sumando 16 corridas de toros en el coso capitalino.

Es cierto que en varias de ellas estuvo colosal, en torero artista y poderoso como se define su tauromaquia, en hacedor de faenas profundas y sentidas, con aroma y esencia, de las que dejan huella; pero nunca llegó a llenar los tendidos de la gran plaza y su poder de convocatoria no era para grandes masas.

Por supuesto esta situación no define la realidad de una figura del toreo, que no se llega necesariamente a esta investidura por el número de aficionados que llevan a la plaza, pero sí resulta anecdótico lo que sucedió con Manuel Caballero en la despedida apoteósica que tuvo el diestro albaceteño.

Así que el vínculo entre la afición capitalina y Caballero, era así, muy fuerte y sólido, pero no era un yugo...

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