Al Tercio y en los Medios/ ...Y se cree torero

AutorJosé Luis Ornelas

La diferencia entre Manolo Sánchez y Miguel Reyes es que Manuel tiene mucha clase como torero pero nunca se ha preocupado por asimilar sus virtudes taurinas, mientras que "El Biafra" en contraste, con menores cualidades pero más coraje, siempre se ha creído lo que quiere ser, aunque quizá nunca alcance lo que ha soñado en tantos años de andar en la brega.

A Miguel Reyes le conocí en 1977. Se hacía llamar Miguel de los Reyes, un jovencito adolescente que se decía torero. Debutamos como novilleros en la placita de Xochimilco, al lado de otro torero que tuvo la gloria a su alcance y hoy se encuentra tristemente desperdiciado, Ricardo Sánchez, hermano de Luis Fernando quien actuará el domingo en la México.

Este domingo que vi partir plaza a Miguel, recordé de inmediato aquella estampa de hace 23 años. Exactamente igual que entonces, con garbo, con suficiencia, incluso con exageración y soberbia, pero quien le haya visto hacer el paseíllo, hace dos décadas o apenas esta semana, seguro pensaría, "¡este se cree torero!"

Después de sus inicios novilleriles se perdió por ahí, sin que nadie le interesara su historia, más que a él mismo. En un arrebato de desesperación y con una idea descabellada pero funcional, se hizo llamar "El Niño de Biafra" cuando en la televisión veíamos las dramáticas imágenes de niños muriendo de inanición en aquel país africano. A fin de cuentas el mote le funcionó, por lo grotesco e inusual, pero se sabía que...

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