El tercer Novo

AutorFernando de Ita

En 1924, a los 20 años de edad, Salvador Novo escribió en francés Le troisieme Faust, una obra de teatro tan arrogante como su autor, que se ponía a la altura de Marlowe y de Goethe al titular a su pieza como la tercera invocación que un hombre de genio le hace al espíritu del Mal en el canon de la literatura occidental. Ciertamente, El tercer Fausto del escritor mexicano se adelantó por muchos años al Doctor Fausto de Thomas Mann, aunque el texto del joven Salvador está a una distancia astronómica de la belleza formal y la fuerza demoniaca de sus referentes europeos. El valor de esta obra de adolescencia no es dramático ni literario, sino testimonial. Defender el derecho de nombrar el amor prohibido, el amor homosexual, en el México de los machos de pelo en pecho y pistola al cinto que se estaban repartiendo el botín de la Revolución, era un acto suicida. Por ello, Novo publicó la obra en París en 1937.

En el mes en el que se cumplen los 30 años de la muerte del polígrafo más singular del siglo 20 mexicano, y en el año de su centenario, la obra de Gonzalo Valdés Medellín, El tercer Novo, ha merecido el Premio Nacional de Dramaturgia del Estado de Nuevo León. Además de oportuno, el premio es justo, porque la obra de Valdés Medellín es el resultado de una profunda, amorosa y severa lectura de la obra y la vida de Salvador Novo.

El tercer Fausto, de Novo, le permite a Gonzalo terciar la vida y la obra del joven iluminado por la gracia y por el sexo, del adulto entregado a la escritura, la docencia, la promoción cultural, el teatro, la gastronomía, el sexo, la maledicencia, y el vejete, sombra de sí mismo, bufón de Díaz Ordaz, miembro honorario del sistema que el primer Novo desafió, literalmente, en cuerpo y alma.

Salvador Novo fue, del principio al fin de su vida, un Zoon Theatrycon, un hombre de teatro por los cuatros costados, cuando el teatro quería ser, como soñó Usigli, el espejo de una sociedad en busca de sí misma. Actor, autor, traductor, director, funcionario, promotor, docente, productor, editor, crítico de teatro, Novo fue, sin embargo, un dramaturgo menor que no pudo llevar a la escena el ingenio y el dominio de la lengua que lo hizo un prosista, un cronista, un sonetista memorable. Amó tanto al teatro, le dio tanto de sí mismo, que por eso tiene sentido celebrar su centenario con una obra de teatro que nos ofrece el claroscuro de un personaje central de la inteligencia mexicana, que por sus virtudes y defectos protagoniza como...

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