La teoria platonica del eros en la Republica *.

AutorFierro, Mar

Resumen: Intentamos demostrar aquí que en la República se desarrollan ciertos puntos de la concepción platónica del éros sugeridos, pero no explicados, en el Banquete: a) En el Banquete, éros se transforma en intenso deseo universal por lo bueno, el cual se manifiesta en los distintos individuos de diversas formas (Bq. 205d1-9). De acuerdo con nuestra interpretación, esta idea sugerida en el Banquete es ampliada en la psicología de la República. b) Por otra parte, en Bq. 210a1-212a7 se delinea una "escalera amorosa" --el amor a los bellos cuerpos; luego, a las bellas costumbres; posteriormente, a las bellas ciencias y, por último, a la Belleza--, pero sin esclarecer a qué refieren estos niveles "eróticos". Mostramos aquí cómo el programa de educación completo de la República puede entenderse como una expansión de esto, expresado en el Banquete en forma programática.

Palabras clave: Eros, alma, Banquete, República

Abstract: Here, I intend to show that some aspects of the platonic conception of eros which are hinted at in the Symposium receive further development in the Republic, mainly: a) In the Symposium eros is conceived like the intense, universal desire for the good, which is focused in different individuals in different ways (Symp. 205d1-9). According to my interpretation, this idea is explained in the psychology of the Republic. b) In addition to this in Symp. 210a1-212a7 an "erotic ladder" is traced: the love for beautiful bodies; afterwards, for beautiful habits; then, for beautiful sciences; finally, for Beauty itself. However, no enlightenment about what these different "levels" refer to is provided. Here I show how the whole program of education in the Republic constitutes a systematic development of these ideas of the Symposium.

Key words: Eros, soul, Symposium, Republic

  1. Introducción

    Si bien es cierto que en cada una de sus obras Platón adopta, como frecuentemente se ha señalado, una perspectiva irrepetible y única para el tratamiento del tema que lo ocupa, esto no impide, que, teniendo en cuenta las diferencias de cada caso, sea posible a veces iluminar parcialmente un diálogo con otro. (1) Frente a intérpretes que entienden que en la República el deseo aparece, a diferencia del Banquete, contrapuesto a la razón, (2) es mi propósito demostrar aquí que en aquel escrito, aunque desde un punto de partida y de interés distintos, se desarrollan y amplían ciertas ideas sugeridas en el Banquete en relación con la concepción platónica del éros, a saber:

    (a) En el Banquete, el éros no es fundamentalmente, tal como se lo entendía en la cultura griega, el deseo sexual e intenso por un individuo en particular, sino que se transforma en el éros universal por lo bueno que constituye cada existencia humana, si bien, en los distintos individuos, este amor a lo bueno puede estar localizado de diversas formas (Bq. 205dl-9) y no alcanzar necesariamente su máxima expresión como "amor a la sabiduría". (3) En la interpretación aquí propuesta, la República explicaría esta idea sugerida en el Banquete. De acuerdo con esta lectura, el núcleo de la psicología de la República se encuentra expresado en la imagen hidráulica del alma trazada en 6. 485d6-8, según la cual hay dos corrientes de deseo fundamentales y opuestas en nosotros: la de los apetitos y la de la razón. A la luz de este modelo básico es posible reinterpretar la teoría tripartita del alma del libro 4. Así, dos de las partes o aspectos --lo logistikón o "racional", con su deseo por la verdad y lo auténticamente bueno, y lo epithymetikón o "apetitivo", con su deseo de placeres sensibles-- se corresponden con los dos cauces de deseo divergentes de la imagen hidráulica. Por otro lado, la tercera parte --lo thymoeidés o "irascible"--, con su deseo de victoria y predominio, resulta ser un monto de energía erótica bivalente en cuanto que puede ya fortalecer la corriente de deseo de la razón, ya estar al servicio de los apetitos, o bien, habiendo actuado al inicio de forma autónoma, finalmente puede verse debilitada por ellos. (4) Lo que es esencialmente cada ser humano depende, entonces, de la configuración de estas fuentes primeras de motivación, representadas por las partes del alma, y esto determina o bien que la razón lidere nuestra vida con su deseo por la verdad --y, con ello, sea posible la satisfacción del deseo universal por lo verdaderamente bueno--, o bien que la corriente de los apetitos nos domine y aleje, en mayor o menor medida, de esta aspiración universal.

    (b) Por otra parte, en el Banquete se delinea una "escalera amorosa" --el amor a los bellos cuerpos; luego, a las bellas costumbres; posteriormente, a las bellas ciencias y, por último, a lo Bello en sí (Bq. 210a1-212a7)-- a través de la cual se podría desplegar el éros en su máxima expresión: como "filosofía" o "amor a la sabiduría". Sin embargo, en el Banquete queda sin ser esclarecido a qué refieren concretamente estos niveles "eróticos". El programa de educación de la República puede entenderse como una expansión de esto expresado allí en forma programática. En coherencia con la interpretación que proponemos de la teoría psicológica de la República, la educación temprana de los guardianes estaría orientada a configurar correctamente las fuentes primarias de motivación --los tres aspectos del alma-- (5) y a desarrollar una familiaridad con lo bello (3. 401b1-d3), tanto respecto del alma, considerada como superior al cuerpo (3. 402d1-e1), como fundamentalmente respecto de las costumbres y las virtudes (4. 444d13-e5; 3. 402d14). En este sentido, sería equiparable a la comprensión de la belleza de los cuerpos y, luego, de las almas y las costumbres planteada en el ascenso erótico del Banquete. (6) Por otra parte, la educación avanzada desarrollaría el "amor a las bellas ciencias" a través del estudio de las ciencias matemáticas (7. 522c1-531e1), hasta llegar a la comprensión de la unidad y el parentesco entre las mismas (7. 531c9-d4) y, luego, a través de la ciencia suprema de la dialéctica (6. 504e4-5) se captaría la interconexión entre las Ideas unificadas en la Idea del Bien (6. 509b6-10; 6. 511b3-c2; 7. 533b6-e2), a la manera en que las cosas bellas se unifican en la Belleza. (7)

    Con el desarrollo de (a)-(b) esperamos contribuir de diversos modos a los debates ya existentes: por un lado, sugerir puntos de vista distintos de interpretación; (8) por el otro, proponer que un modo de entender la República es considerada, tomada en su conjunto, un desarrollo de la teoría del éros del Banquete, lo cual abre, creemos, perspectivas hermenéuticas respecto de otras obras de Platón, como el Fedro.

  2. Ser lo que se desea

    2.1. La constitución de la existencia humana en el éros del Banquete

    Como explica Dover, (9) en la cultura griega éros (10) refiere primariamente no tanto a la mera ansia sexual indeterminada, sino al deseo por un compañero sexual específico, remitiendo en general a lo que relacionamos con el fenómeno del enamoramiento. Se trata de un deseo caracterizado por su intensidad y la exclusividad del objeto que puede colmarlo, (11) y originado en la belleza--tò kállos-- que se descubre en el amado. (12) Significa, entonces, algo diferente de epithymía, que refiere al mero apetito, vinculado primariamente a las necesidades fisiológicas como la sed, el hambre, y que no requiere ser saciado con objetos específicos, con tal que la carencia sea de algún modo cubierta. (13) Éros implica además, a diferencia de epithymía, un mayor ímpetu y magnitud en el desear. (14) Por otra parte, según los testimonios literarios, éros puede ser tanto una fuerza aniquiladora y destructiva que avasalla la vida de un individuo, (15) como una energía unificadora y creativa, incluso a nivel político (16) y cósmico. (17) Por último, cabe agregar que en el círculo de la aristocracia intelectual de Platón éros se desarrolla principalmente a través de la relación homosexual, en la cual, según las pautas de su tiempo, (18) un hombre mayor y experimentado --el amante o erastés-- cortejaba a un agraciado y talentoso jovencito --el amado o erómenos, también llamado paidiká--ofreciéndole, a cambio de los favores sexuales del muchachito, su guía para alcanzar la "perfección" o areté, es decir, en este contexto, el éxito individual y público.

    En el Banquete existe una apropiación y, al mismo tiempo, una transformación y ampliación de esta concepción de la pasión erótica.

    Al comienzo del discurso de Sócrates/Diotima (Bq. 201dl-204c6) se realiza una descripción general del éros, (19) según la cual éste posee una naturaleza hírida o intermedia (metaxý) en cuanto que es esencialmente carente de su objeto --lo bello y lo bueno-- y, a su vez, provisto de recursos para procurárselo. Su carácter metaxý lo hace no sólo un "intermedio", sino, crucialmente, un "intermediario" que vincula el ámbito humano con lo bello, lo bueno, lo divino e inmortal, y que encuentra su máxima expresión en el anhelo del filósofo por la verdad. (20) A continuación de esta caracterización, en Bq. 204d1-20661 se realiza una argumentación más específica por la cual éros, como en la concepción habitual, sigue siendo un deseo intenso que domina la vida de un individuo, pero, en lugar de estar dirigido fundamentalmente a una persona amada en particular, la corriente erótica está encauzada hacia lo bueno y determina, según cuál sea su foco de orientación, distintos tipos de existencias. Este argumento tiene fundamentalmente dos momentos.

    En primer lugar, luego de acordarse que el que desea las cosas bellas desea la posesión de ellas, se pregunta qué se busca con esta posesión, y Diotima solicita a Sócrates un cambio de lo bello por lo bueno: "Pero [contesta] ... como si alguien, tras sustituir el término 'bello' y utilizando el de 'bueno' [metabalòn antì toû kaloû thoî agathoî chrómenos], preguntara ..." (Bq. 204e1-2). (21) A través de esta sustitución se puede concluir más fácilmente que el deseo de todo ser humano de la posesión permanente de lo...

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