La Tensión Monetaria y la Caída de los Precios; sus Remedios

La Tensión Monetaria y la caída de los precios; sus remedios (*)
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(*) La nueva Ley Monetaria abundó en las opiniones del conferencista como podrá comprobarse de la lectura de este estudio

CONFERENCIAS SUSTENTADAS POR EL LIC. ALFONSO SEPTIEN, EN LA ACADEMIA MEXICANA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACION, CORRESPONDIENTE A LA DE ESPAÑA.

PRIMERA CONFERENCIA

ENERO 13 DE, 1932.

La caída de los precios es un hecho evidente, fenómeno que se acentuó en el segundo semestre del año próximo pasado, coincidiendo con una mayor depresión económica sentida y apreciada aún por los menos afectados por ella. Los efectos de esa caída han sido desastrosos para la economía nacional, porque han significado un desequilibrio completo en su organización y un presagio de mayores trastornos en un futuro próximo.

El nivel de los precios es el índice más seguro que acusa con verdadera exactitud el estado económico del momento; por lo mismo, es observado atentamente por los economistas, sirviéndose de él para orientar la política que ha de seguirse con objeto de corregir oportunamente las perturbaciones que sufra el medio económico.

Los precios son gobernados invariablemente por la ley de la oferta y la demanda, subiendo cuando ésta aumenta y aquélla permanece normal, y bajando cuando la primera se intensifica y la segunda se conserva igual. Desde que el trueque desapareció, los precios se expresan siempre en moneda, porque ésta es el talón de todos los valores y 14 intermediaria de todas las transacciones; por tanto, el funcionamiento de la ley expresada, tiene que verificarse en conjunción forzosa con ese elemento indispensable en todos los cambios; así pues, este común denominador de todos los valores, que también es una mercancía, tendrá que estar forzosamente sujeto a los efectos de la oferta y la demanda y venir por tanto a complicar el fenómeno en estudio y a ser importantísimo factor en la regulación de los precios.

Estos principios son el origen de la teoría cuantitativa de la moneda cuyo desarrollo ha permitido formular leyes precisas, explicar con toda claridad la mayor parte de los fenómenos monetarios y dar normas seguras para resolver los problemas cuya solución es de vital importancia para el buen funcionamiento de todo régimen monetario.

En el caso concreto que examinamos, creo que puede afirmarse que, en general, la oferta ha permanecido constante, siendo la demanda la que ha disminuido, pero como la causa de esta disminución no puede atribuirse a que las necesidades hayan desaparecido, ni a que el número de los que las experimentan sea menor que el de los tiempos normales, es forzoso atribuir la caída de los precios a ese tercer elemento que tan primordialmente interviene en todas las transacciones. En efecto, esta afirmación será demostrada, invocando los postulados del cuantitativismo y los hechos que se han verificado en nuestro medio.

El fundamento de la teoría cuantitativa esbozado ya, es la aplicación de la ley de la oferta y la demanda a la moneda, cuyo valor también habrá de subir o bajar según la mayor o menor oferta que de ella se haga; pero como la función esencial de la moneda es un fenómeno de movimiento, la velocidad con que éste se produzca, influirá forzosamente en el cumplimiento de la función, pues el aumento de aquélla equivaldrá a que la moneda se multiplique y viceversa; así pues, la velocidad circulatoria es un elemento también fundamental en la teoría.

Varios han sido sus expositores y muchos sus matices, pero Irving Fisher ha sido seguramente quien con mayor claridad la ha expuesto, recurriendo para ello a una ecuación muy conocida que ha sido llamada la ecuación de las transacciones. De ella ha dicho con mucho acierto Aftalion, que además de su exactitud innegable, tiene el mérito de obligar a las ideas precisas.

Esta expresión algebraica es la siguiente: M V + M' V' = P T. En esta igualdad M representa la moneda en circulación; M' los depósitos en Bancos transmisibles por cheques; V y V' su velocidad circulatoria respectiva, P los precios y T las transacciones.

Esta ecuación no hace más que afirmar la igualdad cierta entre cada pago efectuado y el precio de lo que se ha obtenido en cambio; por consiguiente, entre el total de los pagos y el precio medio de todas las mercancías o servicios cambiados, o como dice Stuart Mill: "la moneda gastada es igual en valor a las mercancías que con ella se compran", verdad que no necesita demostración y que se expresa también por Peake, diciendo que: "el nivel de los precios se encuentra dividiendo el total de la moneda gastada por la cantidad total de las cosas vendidas".

Si en esta ecuación, para simplificar, prescindimos del segundo término del primer miembro, porque al fin y al cabo los depósitos en los Bancos son hechos en moneda, la ecuación podría formularse diciendo: M V =: P T; esto es, la moneda en circulación multiplicada por su velocidad circulatoria, es igual a los precios de las mercancías multiplicados por las transacciones que se han efectuado.

Esta exposición nos ha suministrado ya los elementos para conocer en un momento dado, las relaciones que se establecen entre la cantidad de moneda en circulación, su velocidad circulatoria, el volumen de los negocios y los precios de las mercancías.

Si a los signos algebraicos de la ecuación se les dan...

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