Tener dengue; doble martirio

AutorRebeca Herrejón y Cielo Mejía

En las clínicas de salud, no basta con aguantar los malestares por los síntomas del dengue, sino también hay que soportar la burocracia y lentitud del personal para poder ser atendidos, además de las inclemencias del tiempo.

Durante las mañanas, cuando hay mayor afluencia en el módulo para pacientes con influenza y dengue del Hospital General de Occidente, una persona que acude por primera vez emplea, como mínimo, cuatro horas para enterarse si su caso es positivo o no.

Hay cerca de 45 pacientes que tosen, otros con dolor de cabeza, ojos y cintura, esperanzados en que los turnos avancen rápido para poder ingresar a revisión. Todos están afuera del módulo, sentados en sillas, protegidos sólo con dos toldos blancos.

El llamado de la enfermera llega después de 30 minutos del arribo del paciente al lugar. No obstante, sólo toma datos generales: nombre, edad, peso, si es o no asegurado y la temperatura corporal. Luego, debe esperar afuera a que un médico lo llame para revisión y decida si solicita una biometría hemática.

Ahí, el paciente ya invirtió más de una hora y media.

Lucía Duarte Méndez, una de las pacientes, asegura que actualmente el tiempo es menor, a comparación de hace unas semanas; su esposo e hija tuvieron dengue y esperaron ocho horas para poder tener los resultados de los exámenes de sangre.

Lo que más molesta, dice, es que convivan en el mismo espacio pacientes con síntomas de influenza y dengue.

"Si de por sí traemos las defensas bajas, y luego con...

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