Tendencias equinas

AutorJulia Elena Melche

La historia de un hombre de 45 años que murió en 2005 como consecuencia de una terrible perforación en el colon por haber tenido relaciones sexuales con un caballo, sirve de punto de partida para que el realizador estadunidense Robinson Devor, explore el delicado tema de la zoofilia, mediante su reciente filme Zoo (2007), un documental ficcionado que ha levantado polémica tras su paso en los festivales de Cannes y de Sundance, en el que fue nominado al Gran Premio del Jurado.

El hecho tuvo lugar en una granja cercana a la ciudad de Seattle, en el estado de Washington, donde se reunía un grupo de hombres para practicar el bestialismo con equinos en unas sesiones grababadas en video. El Internet fue el medio para que hicieran contacto unos con otros y compartir sus preferencias sexuales.

El gran acierto del cineasta es dejar que sean los propios protagonistas quienes conduzcan la narración a través de sus voces reales. Sin embargo, decide ocultar sus rostros y que los interpreten, con excepción de uno, actores profesionales. Así, los implicados van expresando las motivaciones y razones de sus pasiones ocultas, interés primordial de la cinta y de su autor: indagar en la naturaleza de los lados oscuros de personas aparentemente normales y racionales. Si bien, existe una defensa de los animales porque ellos no pueden discernir, Devor y su co-guionista Charles Mudede, cronista de un periódico de Seattle, se inclinan por comprender y justificar lo que anima a los personajes a tener sexo con caballos; la libertad que tienen como individuos y el amor desmedido hacia los animales, donde la relación sexual con ellos es una parte y complemento de ese afecto. Avalados por estos derechos, rechazan cualquier tipo de arrepentimiento y en ningún momento consideran cuestionable su comportamiento. De ahí que Zoo no juzga ni plantea juicios morales, sino que intenta humanizar a los protagonistas para que no sean vistos como monstruos sociales. A esto contribuye la banda sonora siempre presente con acordes de new age y una cuidada fotografía que contrasta con la sordidez de la historia y...

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