Templo Mayor

AutorF. Bartolomé

SI ALGO se vio ayer con Marcelo Ebrard es que una cosa es el discurso para la tribuna y otra, muy distinta, la obligación constitucional.

PORQUE si bien al rendir protesta el perredista le dio un rayón a Felipe Calderón con aquello de que habrá coexistencia pero no complicidad, finalmente terminó por reconocer su autoridad.

Y ES QUE no les dijo a sus correligionarios en la ALDF que, desde el lunes, sometió a la aprobación del presidente de la República los nombramientos del jefe de la policía y del procurador capitalino.

ASÍ, sin decirlo abiertamente, Marcelo optó por la vía institucional reconociendo a Felipe como jefe del Ejecutivo federal.

QUIZÁ POR ESO la aprobación salió de Los Pinos en fast track y sin complicaciones.

PERO NO TODO fue solemnidad en la toma de posesión de Marcelo Ebrard.

AHÍ ESTÁ pa'l recuerdo la imagen de la panista Gabriela Cuevas trepada en una motocicleta de la SSP que le envió Joel Ortega, porque estaba atrapada en el tráfico.

OTRO QUE puso a sufrir a las edecanes fue el gobernador mexiquense Enrique Peña.

PERO NO, no crean que fue porque lo vieron muy galán... sino porque se sentó donde no debía. Su lugar estaba en uno de los balcones, pero se le hizo fácil sentarse al lado del hidalguense Miguel Osorio Chong y no hubo quién lo convenciera de quitarse.

A ESCASOS cuatro días de su mandato, Felipe Calderón dio su primer golpe de legalidad al proceder contra Flavio Sosa, el más bélico y destacado líder de la APPO.

ASÍ, Calderón y su secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, están mandando un claro mensaje de mano dura contra la ilegalidad, en una acción que será aplaudida por una sociedad que ya estaba...

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