Temen brasileños a su propia Policía

AutorCarlos Torio

REFORMA / Brasil

BRASILIA.- El mes pasado, el Ministerio Público de la Ciudad de Sao Paulo acusó a policías del Departamento de Investigaciones sobre Narcotráfico de la Policía Civil (Denarc) de dirigir el tráfico de drogas en la región, conocida como "cracolandia" porque el crack circula sin control.

La prueba era un video, transmitido por la Red Globo de Televisión, en el cual los policías recibían sobornos de "dealers". La situación, con la novedad de las imágenes sobre los policías pillados in fraganti, es familiar para los brasileños.

De acuerdo con una encuesta dada a conocer en junio del año 2000 por el Instituto Datafolha, que pertenece al periódico Folha de Sao Paulo, 65 por ciento de los ciudadanos entrevistados declararon que tienen más miedo que confianza en la Policía Civil, y 28 por ciento consideró que la mayoría de los policías mantienen vínculos con el crimen organizado.

La percepción sobre la Policía Militar es similar, 59 por ciento de los encuestados les temen, y 26 de cada 100 los consideran corruptos. Los policías son, además, bastante violentos. El primer informe sobre la Implementación de la Convención contra la Tortura y otros Tratos Penales Crueles, Inhumanos y Denigrantes, que Brasil envió a la Organización de las Naciones Unidas en el 2001, revela altos índices de tortura policial.

Otro informe de la Secretaría de Seguridad del Estado de Sao Paulo demuestra que la Policía ejecutó a gran número de civiles por el excesivo uso de la fuerza y la violencia.

Del total de víctimas, 51 por ciento perecieron debido a disparos por la espalda y 36 por ciento en la cabeza. La investigación sobre las circunstancias de las muertes refleja que en la mayoría de los casos la víctima no representaba un peligro para la Policía, que más de la mitad carecían de antecedentes y no habían cometido infracciones. Muchos de los cadáveres presentaban tres orificios de bala, lo cual refleja la violencia de los uniformados.

Los cinco policías de "cracolandia" serán acusados de tráfico de estupefacientes, abuso de poder y crimen organizado. Además, fueron criticados por el director de la Denarc, Antonio Ribeiro de Campos, quien aseguró que dichas conductas "avergüenzan" a toda la corporación.

Pero tanto en Sao Paulo como en Río de Janeiro, los policías-delincuentes suelen escapar de las penas y se reincorporan al crimen organizado una y otra vez.

La situación es tan alarmante que cuando se habla de narcotráfico, lavado de dinero y crimen...

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