Teme Modesto Brito por su seguridad
| Autor | Ramón Sevilla |
TELOLOAPAN / Guerrero
REFORMA / Enviado
Horas antes de asumir el poder, Modesto Brito no quería ni salir de su casa. Tenía temor de que lo mataran. Supo que gatilleros de Pedro Pablo Urióstegui lo estaban esperando, confundidos con la gente, en la plaza municipal.
Ordenó a su gente que estuviera alerta y mandó a otros más, también armados, a la plancha del zócalo.
El exhorto a la tranquilidad que hiciera la maestra Tomasa Figueroa, esposa de Pedro Pablo, a sus seguidores no tuvo efecto. Había tensión y nerviosismo entre los pobladores.
Al mediodía, el párroco Nicéforo Vélez López oficiaba la misa dominical en la Parroquia de Santa María de la Asunción. Su homilía incluyó un llamado a la paz y a la reconciliación. Tampoco tuvo eco.
Perredistas llegados de las 170 comunidades que tiene este municipio empezaron a llenar la explanada desde temprana hora. Las cajas de dos tráileres fueron preparados como templete.
Los minutos pasaron y la tensión crecía. Se rumoraba que, al no existir garantías de seguridad, Rosario Robles había decidido cancelar su visita al municipio.
De hecho, desde la mañana el lugar fue resguardado por medio centenar de policías estatales enviados directamente por el Gobernador René Juárez para garantizar la seguridad durante el acto.
Al filo del mediodía, Modesto Brito recibió una llamada en su celular. Su gente en Chilpancingo le informaba que Robles confirmaba su presencia en el municipio, por lo que tenía que dirigirse a la plaza.
A las 14:25 horas, Modesto hizo su arribo al lugar a bordo de una camioneta pick up, escoltado por al menos una decena de guaruras que iban en la caja de la camioneta. Nunca lo dejaron al descubierto. Subió al templete cuando todas las autoridades ya estaban presentes. Robles llegó 20 minutos después.
La sesión de Cabildo inició sin incidentes. Al parecer, la multitud negroamarilla atajó la amenaza contra el alcalde. Modesto Brito suspiró con alivio. La amenaza se había disipado, pero sólo por el momento.
"Porque mañana ya no habrá nadie, y yo me quedó aquí. La cosa está difícil, no es tan sencilla. Los problemas con Pedro Pablo no han terminado. Existen fuertes intereses que lo impulsan a la agresión. Estaré con cuidado", confió el flamante presidente municipal.
Pasado el susto, la gente acudió al domicilio de Modesto para felicitarlo. El funcionario, cuya casa estaba custodiada por siete policías municipales, afirmaba estar preparado para repeler cualquier agresión.
"Ojalá las cosas no...
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