Telecomunicando

Desgastar al IFT y el Palacio de MineríaIrene Levy

EL UNIVERSALLa omisión presidencial es un desaire a los órganos autónomos que él mismo impulsó, pero también conlleva un desgaste a la institución pues su presidente, Gabriel Contreras, ha tenido que utilizar su voto de calidad cuando se han dado empates en el Pleno.

Mal hacen los asesores del Presidente Peña Nieto en no apremiar el nombramiento de comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para ocupar la vacante que dejó desde hace más de 5 meses Fernando Borjón, quien hoy dirige el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones. El Instituto, igual que la Comisión Federal de Competencia Económica ?que también tiene una vacante?, fueron creados como organismos con autonomía constitucional desde la reforma de junio de 2013, y su integración concluyó en septiembre del mismo año; su pleno, que es su órgano de gobierno, está integrado por 7 comisionados. El número impar no es capricho, busca lograr un equilibrio en caso de empate en las votaciones, porque de lo contrario, el presidente del órgano debe ejercer su voto de calidad.

¿Cómo se nombra a los nuevos comisionados? El diseño de integración de estos dos nuevos órganos con autonomía constitucional se basó en diversos elementos: cada vez que exista una vacante, se debe reunir el Comité de Evaluación para llevar a cabo un proceso de selección a fin de integrar una lista de entre tres y cinco nombres de los cuales el Presidente de la República elige a uno de ellos y lo somete a ratificación del Senado, éste tiene 30 días naturales para aprobarlo por las dos terceras de partes de sus miembros presentes. En caso de que los senadores rechacen al candidato del Ejecutivo, éste someterá una nueva propuesta, si hay nuevos rechazos se repetirá el proceso las veces que sea necesario hasta que sólo quede un aspirante de la lista, quien será designado comisionado directamente por el Ejecutivo. La duración del encargo de comisionado es de nueve años sin posibilidad de renovación. Estos órganos fueron diseñados con un escalonamiento de sus integrantes, es decir, no todos concluyen sus cargos al mismo tiempo sino uno cada año, de tal suerte que se dé continuidad a los proyectos y al mismo tiempo transexenalidad y con ello mayor libertad en su actuación, pero también con la finalidad de que exista una renovación periódica constante de sus integrantes y permitir así a los distintos gobiernos (poderes ejecutivo y...

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