Tecoyame: Tierras africanas en pleno Guerrero

AutorSalatiel Barragán

Fotos: Salatiel Barragán

Como vigilante del poblado, una enorme ceiba recibe al visitante a la entrada del caserío, después de cruzar un angosto arroyo, que en estos calurosos días lleva poca agua.

Vacas negras, blancas y manchadas bloquean el camino, van acompañadas de sus becerros y son arreadas por un niño de diez años.

Más abajo del arroyo, un par de señoras lavan ropa y varios niños juegan a mojarse con el agua de un pozo. Adelante se encuentran las casas del diminuto pueblo de Tecoyame, el cual es conocido por su población casi totalmente de raza negra.

Estamos en el extremo sur de la Costa Chica, en el estado de Guerrero, zona limítrofe con la costa norte de Oaxaca. En este territorio abundan los poblados afromestizos.

África en América

En el Museo de las Culturas Afromestizas de Cuajinicuilapa nos hablaron de la Casa Redonda: reliquia que sobrevive hasta nuestros días. Se trata de la casa del señor Amado Clavel y la señora Coínta Chávez, mejor conocida como "la chocolatera", pues conserva vigente una tradición desde tiempos del Virreinato, cuando en la región se cultivaba buen cacao.

Esta casa tiene más de medio siglo de construida y es parte de una pequeña comunidad compuesta por unos cien habitantes. Antaño, toda la aldea estaba formada por casas redondas, a la usanza de los pueblos africanos.

Según el señor Pedro Noyola, nativo del lugar, en todo el poblado las casas eran así, hechas a base de lodo, palos y zacate, materiales obtenidos del entorno.

Ubicada casi en el centro del caserío, la Casa Redonda es la única que conserva las características originales: estructura en forma redonda y techo cónico de palma de coco que hoy sustituye al zacate de antaño. Su interior es muy fresco y mide unos seis metros, desde la puerta hasta el fondo, donde sobresale un pequeño altar con veladoras y flores que honra a los santos católicos.

El amplio espacio es suficiente para acomodar la cama, una mesa con tres sillas, un baúl para la ropa de uso diario y hasta parte del maíz es almacenado dentro. El centro permanece libre para moverse en él con facilidad.

La pared continua y sin esquinas está formada por un esqueleto armado con delgadas varas verticales, recubierto con barro de tonos amarillos; algunos troncos más gruesos fortalecen toda la estructura.

El techo cónico está elaborado con troncos delgados, todos atados con bejucos que sostienen la estructura y permanece sin cambios después de medio siglo.

La Casa Redonda, por su forma y herencia...

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