Desde el Teclado / Un extraño en el café

AutorJavier Matuk

Mientras todos disfrutan sus más exquisitas creaciones, me encuentro en uno de estos locales en donde, al parecer, no importa la calidad, aroma y otras características del café. Como alguna vez dijo uno de los fundadores, "vendemos la experiencia de ir a nuestros locales, no el propio café". Y bueno, puede ser cierto, ya que además de contar con un espacio siempre limpio y bien ubicado, existe la opción de sentarse a trabajar un rato, hay contactos de energía eléctrica (ahora indispensables) y, en algunos lugares, conexión inalámbrica WiFi a la Red.

Para los que no dependemos de estar cerca de un hotspot (sigo evaluando y usando el BAM, o Banda Ancha Móvil de Iusacell) o de una conexión por cable, la realidad es que las opciones de comunicación se han multiplicado y para muestra, este botón. Hace unos minutos traté de recibir una llamada de mi oficina, pero por alguna razón el teléfono no hizo la conexión. Intenté marcar y no se pudo (de repente las redes celulares como que se congestionan) y, un poco desesperado y, claro, con la cosquilla de la tecnología, abrí el programa Skype que uso siempre que estoy fuera del país para hablar por teléfono.

De inmediato añadí el número de mi oficina a la lista de contactos y al darle un par de clicks más, en unos 5 segundos escuché la familiar voz de mi asistente y le dije: "¿Bueno... me escucha bien?" "Sí, ingeniero..." (así me dicen). Bien, ya entrados en gastos, además de esa llamada hice un par más y comprobé que mi crédito sólo bajó unos centavos. Más de uno volteó a verme, pues para poder escuchar y ser escuchado decentemente, me coloqué una diadema (esos aparatos que son audífono y micrófono) bastante discreta, por cierto, pero si ya de por sí usar una notebook en lugares públicos todavía no es común, mucho menos el ver a un tipo hablando como con el aire, con un cable conectado a su computadora.

Todas las llamadas entre usuarios de Skype son gratuitas, sin importar la duración de las mismas. Da igual que uno esté en México y el otro en Londres, no cuestan. Ése es parte del secreto del éxito de este servicio (recientemente adquirido por eBay) pero lo que realmente lo potenció hasta el infinito es la capacidad de hacer llamadas a teléfonos convencionales, como las que hice hace unos minutos. Pero, el gran pero, ¿cuánto cuesta hablar así?

Según la tabla de tarifas disponible en su sitio, llamar a un teléfono tradicional o celular en cualquier parte del país cuesta 0.10 centavos de dólar (más o...

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