Tauromaquia bebible

AutorRicardo Garza

Enviado

BOCA DEL RÍO, Veracruz.- Una antigua tienda de raya se convirtió, en 1938, en la primera cantina boqueña. Sus cremas y aguardientes eran el deleite no sólo de los habitantes del pueblo costero, sino también de los peregrinos revolucionarios que pasaban por la región, como Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara, quienes fueron los clientes consentidos de doña Chata, la fundadora del local.

Hoy en día, ese histórico establecimiento, bautizado como "La Chata", ofrece deliciosos toritos, bebida típica de esta región de Veracruz, que consiste en una mezcla de leche condensada, fruta, alcohol de caña, azúcar y leche bronca.

"Se bautizaron como 'toritos' por la fuerza del alcohol. Cuando los jornaleros de la cuenca azucarera estaban muy cansados hacían agua de naranja y le ponían un poquito de alcohol; al tomarse la bebida decían que se sentían fuertes y grandotes, como toros, y eso les daba el impulso para seguir trabajando", comenta Lorenzo Montalvo, nieto de doña Chata y actual dueño del lugar.

A partir de los años 60, debido a una crisis económica, la señora empezó a comercializar la bebida que, en ese entonces, sólo era de cacahuate.

Al entrar al local pareciera que su giro es la venta de nieves y no de bebidas alcohólicas, pues tiene mesas y bancos de madera que llegan hasta la calle a través de una entrada despejada, sus paredes están pintadas con un azul que se desvanece entre conchas y caracoles que forman olas, y adornadas con cuadros de notas periodísticas que hablan de este negocio, su misión: "Elaborar el mejor torito de Veracruz", y una copia del libro "La Polvere del Messico" (La Pólvora de México), de Pino Cacucci, italiano que describió la relación de doña Chata...

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