LA TAREA / Homosapiens cambia a homolaptopius

AutorJeanene Bluhm Bruns

Aprendí a esquiar sobre la nieve a los 50 años. Me sentí tan orgullosa por tener el valor de aprender algo nuevo después de cumplir medio siglo. La primera clase fue muy difícil, pero puse mucha atención y aunque tuve varias caídas me atreví a bajar la montaña lentamente y con mucho cuidado, sin embargo, ¡Oh! Sorpresa, aún cuando yo deseaba bajar lentamente, la gravedad y la nieve tenían otra intención. Fue uno de los momentos de mi vida en el que sentí más miedo; obviamente me caí y quedé con los pies hacia arriba, los esquís por un lado y los postes por el otro.

Pero esa experiencia no fue la mayor pena que pasé; al tratar de levantarme me di cuenta que estaba rodeada por un grupo de niños de aproximadamente 3 ó 4 años, quienes esquiaron a mi alrededor con cara de piedad entregándome mis esquís y mis postes. Ellos lo hacían como profesionales mientras yo luchaba por mantener el equilibrio para hacer otro intento. Terminé bajando la montaña sobre mis pompis y los niños cargando mi equipo.

Esta misma sensación la experimenté cuando salieron al mercado las videocaseteras; la gente joven sabía qué hacer sin tener que leer el manual de usuario y cuando finalmente aprendí el funcionamiento de los botones llegó también el fax, que fue algo más sencillo de aprender. Me sentía al día, cuando de repente tuve que aprender a usar la computadora; después de horas y horas de intento, permití que mi hijo me enseñara a manejar el teclado y los comandos. Con su explicación aprendí más en 30 minutos que lo que había aprendido en 6 meses. Descubrí que los jóvenes tienen una manera más sencilla y lógica para explicar las cosas y los adultos convierten las cosas...

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