'La tarea académica es muy detectivesca'

AutorErika P. Bucio

Aficionada a las novelas de Georges Simenon y Agatha Christie, la politóloga Soledad Loaeza cree que la tarea del académico es detectivesca: "Hacemos lo mismo: tratamos de buscar evidencias y armar rompecabezas".

La menor de los ocho hijos del abogado Enrique Loaeza es la única universitaria entre las siete hermanas. Soledad nació en 1950, una diferencia de casi 20 años de edad la separa de la mayor.

Nunca hubo dudas en la familia de que la niña, reservada y aficionada a los cuentos y "novelitas", iría a la universidad. Las expectativas hacia "Marisol" iban más allá de casarse.

"Como era yo tan libresca, mis papás consideraron que era una niña lista y era un hecho indisputable que tendría una carrera universitaria.

"Eso fue injusto con mis hermanas porque estoy segura de que todas hubieran podido hacer una muy buena carrera... Un día les dije en broma : 'Lo que pasa es que ustedes nacieron antes de Pearl Harbor'", cuenta.

Llegada la hora de elegir, la joven se debatía entre estudiar Historia o Sicología en la UNAM pero sus padres se "negaron en redondo".

El rechazo de su padre no era hacia la Universidad -al fin y al cabo él había participado en la huelga estudiantil de 1929 que desembocó en el reconocimiento de la autonomía universitaria- sino hacia el régimen de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).

A regañadientes, Soledad se matriculó en El Colegio de México en 1968 en Relaciones Internacionales. Aun eran pocas las mujeres inscritas: apenas cuatro en un grupo de 40. Una desertó durante la carrera.

"En esa época no se discutía demasiado con los papás, era excepcional y extraño el caso de mujeres que podían refutar la autoridad paterna", explica.

La joven estudiante apostaba a que al cabo de unos semestres podría "negociar" su paso a la UNAM, pero se "enganchó" con el programa de estudios y sus maestros. Se graduó en 1972 con la tesis La política exterior del general Charles de Gaulle, 1962-1970.

"Soy producto del Colmex", afirma orgullosa la politóloga, sentada en su cubículo en el Centro de Estudios Internacionales en El Colegio de México. Minutos antes había recibido la felicitación de su profesor Mario Ojeda, ex presidente de la institución, por haber recibido el Premio Nacional de Ciencias Sociales 2010.

Una carrera diplomática jamás estuvo en sus planes. A Soledad siempre le atrajo la idea de una vida académica. "Esa fue quizá una de las desilusiones de mis papás. Mi mamá insistía mucho en que sería una brillante diplomática".

Se marchó a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR