La Tarea

(Embargada para sitios en internet hasta las 24:00 horas locales)Orientación vocacional e Identidad de géneroEl hecho de que una carrera profesional tradicionalmente esté asignada a un género, no implica que el sexo opuesto no pueda cursarlaCecilia RosilloEL UNIVERSALA ti te gustaba bailar, pero como eso decían tus papás que era para viejas, te metieron a karate. Nunca vas a olvidar cómo disfrutabas con las autopistas de tu hermano, pero a ti te regalaban muñecas. Y qué decir de la cara de tus papás cuando pediste una Barbie con guardarropa porque lo que más te apasiona es la moda, bueno hasta al sicólogo te llevaron para ver si no eras gay.Como parte de las creencias y estructuras culturales que marcan los estereotipos en que los individuos, de acuerdo al sexo con el que nacen deben aceptar sus roles de género, la orientación vocacional está hecha para hombres o para mujeres, de una manera totalmente sexista.Aceptamos que niños y niñas escojan juegos que tengan que ver con su rol sexual, más que con sus verdaderos gustos porque creemos que eso reafirma su orientación sexual, pero cuando esto no coincide, la preocupación puede llevar a los padres a ejercer tal grado de presión que el pequeño termina fingiendo que sus gustos han cambiado cuando en realidad han sido reprimidos, con tal de ser aceptado y esto, a la larga lleva a generar rencores y problemas sicológicos. Estudios recientes demuestran que antes de los cinco años los niños son capaces de reconocer los comportamientos de género típicos para cada sexo, como aquellos que no lo son, cuando varían de las expectativas sociales de llaman comportamientos de género variantes y pueden ser detectadas desde los dos y cuatro años.Esto se presenta porque a nivel genético, dicen las investigaciones, el pequeño tiene más predisposición a esta variabilidad, ya que los comportamientos de género quedan impresos en los circuitos del cerebro como parte del proceso de aprendizaje que se da desde el nacimiento; es decir, las conexiones neuronales en estos pequeños les permiten optar por conductas que son de su género o de las que no, y a las que todos estamos expuestos porque el ambiente social las marca, no solo en la casa, sino en todos lados.Vemos, desde que nacemos, el comportamiento de hombres y mujeres y absorbemos cómo es esta conducta en todos lados y con todas las personas, para cuando estamos capacitados para reproducir estas conductas, que son imitación de lo que otros niños mayores...

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