La Tarea

(Embargada para sitios en internet hasta las 24:00 horas locales)Estimulantes y antiestimulantes sexualesAsí como hay elementos que nos aumentan la libido, también existen aquellos que nos la bajan; los buenos amantes explotan unos y evitan los otrosCecilia RosilloEL UNIVERSALTe prende que te acaricie la espalda y toque con su lengua tus pezones, pero cuando comienza con su lenguaje sucio o rutina sexual, ves a tu deseo sexual salir corriendo por la ventana.Un estimulante sexual es aquel que es capaz de provocar la excitación en la persona y, por tanto, hacerla pensar en sexo, generarle las ganas de un encuentro erótico. Estos pueden ser a nivel sensorial, es decir, a través de la estimulación de los cinco sentidos o bien, a través de la imaginación, la fantasía o con el uso de los recuerdos. Pero de persona a persona, los estímulos pueden cambiar y volverse lo contrario. Un antiestimulante sexual es aquel que nos inhibe la respuesta erótica y que nos elimina el deseo sexual, también puede percibirse a través de los sentidos; sin embargo, al igual que los estimulantes eróticos, la imaginación puede reprimir el deseo sexual si esa imagen mental tiene referentes negativos en la persona.Aunque hay estimulantes sexuales que funcionan para todas las personas, o por lo menos para la mayoría, hay algunos que son particulares y sólo actúan en determinada persona.Entre los estimulantes sexuales que se dan a través de los sentidos, están los de tipo visual. Es decir, nos erotizamos con ciertas imágenes, éstas pueden ir desde ver a una persona que nos parece atractiva o bien, ver algún objeto, la lencería femenina es uno de estos artículos que ha demostrado, durante años, su eficacia con el sexo masculino. Los cuerpos desnudos o semicubiertos también son estímulos sexuales de los más comunes en ambos sexos.A nivel de tacto, las caricias, los besos y el contacto de piel a piel son estimulantes eróticos que la mayoría de las personas experimenta. Algunas texturas ya sea, de telas o de cremas o aceites también producen placer erótico. Sin embargo, las zonas erógenas cambian de un cuerpo a otro, hay personas que se erotizan inmediatamente cuando tocamos sensualmente sus pies, otros que por el contrario encuentran esto totalmente repulsivo.Y qué decir de las palabras que llegan a nuestros oídos y prenden la imaginación cuando se dicen cosas cachondas, sensuales o hasta nos presentan las imágenes de nuestros deseos reprimidos o bien, de nuestras fantasías...

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