Tan inconmensurable como indómita

AutorREFORMA / STAFF

Si ves un globo terráqueo -sí, esa esfera que suele reposar en escritorios de casas y oficinas mostrando países, continentes y mares con los que soñamos visitar algún día- la Antártida está justo en el sótano y es considerada una de las joyas más sublimes del mundo gracias a su majestuoso terreno helado que brilla bajo la luz del Sol, a los icebergs e islas flotantes del Océano Austral y a las múltiples atracciones naturales que resguarda.

Además de ser el hogar de una variedad visual de montañas, picos cubiertos de nieve, glaciares, fiordos, ensenadas, playas de guijarros y costas escarpadas, el continente más austral del mundo brinda al viajero la oportunidad de maravillarse con varias especies de pingüinos, volcanes activos, orcas e inclusive ballenas azules. En resumen, se trata de un terreno de ensueño en donde pocos humanos han puesto pie.

Alejarse del turismo de masas, admirar la belleza natural del paisaje y practicar turismo expedicionario son tan sólo algunos de los motivos que animan a realizar este viaje.

Sin embargo, hay otras tantas razones como: cruzar el Pasaje de Drake. Este último es el tramo de mar que separa a América del Sur de la Antártida y, debido a lo hostil de sus aguas, se ha convertido en un rito de iniciación para los aventureros que buscan llegar al también llamado Continente Blanco. Cabe señalar que actualmente se puede realizar esta travesía por aire o por mar.

Por otro lado, las Islas Shetland del Sur son una de las primeras paradas en el camino hacia la Antártida y también el sueño de todo amante de la fotografía que busca capturar con sus cámaras aves, focas y, con una buena dosis de suerte, hasta ballenas.

Para quienes gusten de los avistamientos es obligatorio pasar por Snow Hill Island. Ubicado en el corazón del congelado Mar de Weddell, en este níveo paraíso reside una comunidad de pingüinos emperador. Estas majestuosas aves, conocidas como gigantes entre los pingüinos, llaman la atención por la elegancia con que se deslizan por la superficie.

Las Islas Georgias del Sur, tan salvajes como remotas, son otro de los imperdibles a admirar en esta zona del planeta, al albergar a colonias enteras de pingüinos rey que regalan uno de esos espectáculos naturales que, sin duda...

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