Talachas clandestinas

Fotos Pablo Salazar

Sacar los golpes a puertas y facias de los diversos carros que estacionan, así como colocar escapes rotos con alambres y reacomodar todo tipo de espejos, es parte del trabajo diario de los acomodadores de estacionamientos, que por prisas o presiones maltratan los automóviles de los clientes.

Aunque su trabajo debería ser acomodar y entregar los carros que son alojados en los estacionamientos, las composturas de rayones y abolladuras, hechas por ellos mismos, forman parte de su rutina diaria.

"No siempre lo hacemos nosotros, en ocasiones hay personas específicamente que son contratadas para ese trabajo, como aquí en el último piso hay como un tipo taller en el que arreglan los carros", señaló un acomodador de un estacionamiento de la calle de Palma, esquina con 5 de Mayo, que no quiso dar su nombre por miedo a represalias.

"Son especialistas en la materia y pueden sacar un golpe hasta en 10 minutos realizando un trabajo excelente, que hasta nosotros (los acomodadores) no la creemos", aseguró el 'Valet Parking'.

Sin embargo, no en todos los estacionamientos ocurre esto. Al contrario, hay quienes a pesar de chocar y robar los carros, no responden por los daños.

Tal es el caso de Gabriela Sánchez, que tras recibir un trato déspota y grosero de los acomodadores del estacionamiento Luxor en la Calle República de El Salvador esquina con 20 de Noviembre, decidió levantar una queja en Profeco por incumplimiento de servicio, ya que su carro fue chocado y su palanca de velocidades rota por los acomodadores.

Después de hacerla esperar dos horas sin que hubiera alguien que le respondiera a sus inconformidades por el daño que su automóvil sufrió dentro del estacionamiento, el encargado del lugar le explicó que el daño no le sería pagado, así "hiciera lo que quisiera".

Lo peor de todo, es que el caso de Sánchez no es único y a pesar de que existe una ley que los protege, pocos reciben el trato y la garantía que deberían otorgarles.

A falta de espacio en las calles para estacionarse, miedo a los robos totales del vehículo, a los cristalazos o a que se lo lleve la grúa, miles de automovilistas sufren, a cambio, malos tratos, robos de herramientas, gasolina y artículos personales, así como cambios de refacciones y descomposturas al hacer uso de los estacionamientos.

De acuerdo con la Ley de Establecimientos Mercantiles del DF, los estacionamientos públicos deben contar con un seguro que garantice el pago de los daños que pudieran sufrir...

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