Tabasco: El enigma del pantano

AutorRogelio Elizalde

Fotos: Adrián Ruiz

Enviados

CENTLA, Tabasco.- No es que los tabasqueños lo tengan muy guardado o no lo quieran compartir, pero la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla aún se conserva como un lugar tranquilo y con pocos visitantes, a pesar de que está cerca de la capital del estado y de que guarda una enorme belleza y riqueza natural.

Puede que la palabra pantano remita a algunos a lodo, lianas y lirios, pero esta zona es mucho más que eso, ya que la reserva engloba un humedal de más de 3 mil kilómetros cuadrados de diversidad de flora y fauna tropical.

Este gran terreno inundado ocupa también parte de Campeche, y está a una hora de Villahermosa y a hora y media de Ciudad del Carmen. Comprende pantanos, ríos, lagos, lagunas, manglares y selva.

Una primera puerta a la reserva es la zona Tres Brazos, donde los ríos Usumacinta, San Pedrito y Grijalva entroncan.

La Casa del Agua Uyotot'ja fue establecida ahí como un centro de difusión de cultura ambiental y museo científico.

Ante la imposibilidad de construir convencionalmente en estos terrenos, para la Casa del Agua se utilizó un sistema de largos pilotes que sostienen cabañas de madera.

Las palapas albergan salas de exhibición y están comunicadas por andadores que pasan por encima de los pastos inundados, entre animales y árboles selváticos.

Los turistas, apenas a su llegada, quedan asombrados: desde los puentes se puede ver a muy poca distancia lagartos de cuatro metros de largo que casi no se mueven.

Algunos se confunden con troncos flotantes.

La primera lección que brinda la Casa del Agua es la familiarización con el entorno. Se explica la alimentación de los animales, los ciclos de los humedales y cómo se desarrolla la comunidad en este tipo de ecosistema.

Luego, a lo largo de varias cabañas se expone, con especial orientación hacia los niños, la importancia a nivel mundial de los humedales como reguladores de la temperatura, el papel que juegan para la conservación de agua dulce y la riqueza mineral del suelo.

Una particularidad de este museo es el Sendero Interpretativo, un camino de puentes de madera de casi un kilómetro. En el recorrido se observan aves, víboras, renacuajos, peces, lagartos, ranas y muchas otras especies, ya que atraviesan los humedales.

Donde termina el puente hay que subir a una canoa para llegar del otro lado.

Más adelante se da la opción de caminar con equilibrio sobre un tronco, ayudado por una cuerda para no caer.

Es una manera de explicar cómo las...

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