Susan Sontag dialoga con Juan Luis Cebrián

La aparición de la novela En América (Alfaguara), de Susan Sontag, reúne a la autora y al escritor y periodista español Juan Luis Cebrián en una reflexión conjunta sobre los valores de la cultura estadounidense, las consecuencias de la política imperial y la vigencia del pensamiento utópico.

Juan Luis Cebrián: Dice uno de los personajes de su libro: "En América, y esto es lo único que importa, si me comprende usted, todo el mundo es libre. En mi país en cambio no somos libres. Lo mismo sucede en todos los lugares por los que he viajado, salvo quizás en Inglaterra". Y le contesta el otro: "Sí, en América todo el mundo es libre, libre para ganar dinero". Susan, ¿todo el mundo es libre ahora en Estados Unidos?

Susan Sontag:Creo que el libro tiene mucha ironía, pero los personajes no están siendo irónicos; yo lo estoy siendo al poner las palabras que pongo en sus bocas. La frase que citas la oí una vez en un taxi en Nueva York, donde los taxistas son generalmente inmigrantes. Era un hombre ruso, al que le pregunté: "¿Qué te parece Estados Unidos?" -piensen ustedes que esto fue antes de la caída de la Unión Soviética. Y él dijo: "América libre, libre en América, libre para hacer dinero". Y le dije. "¿Eso es la libertad para ti?". "Sí, libre para hacer dinero", insistió. Así que pensé: "Esa es una idea de Estados Unidos".

Realmente creo que Estados Unidos es un país donde la idea mercantil como forma de vida fue desarrollada por completo bastante pronto. En Europa, en el siglo 19, se hablaba ya de que este continente se estaba americanizando. Gente muy inteligente como Baudelaire, por ejemplo, en los 50 ó 60 del siglo 19 ya habla de la americanización de Francia. Por supuesto, él no se refería a una influencia directamente estadounidense, se refería a aquello que se asociaba a este país, y esto es la llegada de la civilización de los negocios. Mucho antes incluso de que llegara la cultura popular estadounidense, la gente pensaba que la idea de que lo principal en la vida era hacer dinero era una idea que venía de América. Por cierto, no estoy muy segura de que Estados Unidos sea tan responsable de esto. Creo que el nacimiento real de esta idea hay que ir a buscarlo a Inglaterra.

Cuando estaba leyendo para documentarme sobre el libro que quería escribir me sorprendió mucho descubrir cuántas de las cosas que asociamos al siglo 20 como actitudes y prácticas sociales, estaban ya presentes en Estados Unidos en este periodo del 19. La Guerra Civil era vista como una gran ruptura -Estados Unidos siempre piensa que todo empieza de nuevo. Siempre es una nueva América, es una nueva América desde el 11 de septiembre. Es una de las grandes fantasías de este país. Siempre puede existir una completa ruptura con el pasado. Y entonces iba a moldearse esta nueva América, que mucha gente pensaba que era más bien terrible, no tan democrática, o no tan republicana, demasiado interesada en el dinero, etcétera. Esa era la civilización americana de la posguerra civil. Esta civilización estadounidense es más antigua de lo que pensamos.

JLC:Estaba pensando que finalmente Europa se ha americanizado, aunque no sé si para bien. Hay en la novela otra versión de Estados Unidos, la visión de otros personajes. Uno dice: "Un barrio pobre de Nueva York no era lo mismo que un barrio pobre de Liverpool, porque aquí la gente tiene esperanza". Y otro sugiere: "América significa que uno puede luchar con el destino". Me pregunto cuánta gente puede decir hoy que todavía en América se puede luchar con el destino, y que en un barrio pobre de Nueva York hay más esperanza que en otro de Liverpool.

SS: Creo que es una actitud muy común. La gente proyecta mucho en Estados Unidos. La vida es mayoritariamente fantasía. La gran lucha en la vida es tener algún contacto con la realidad, porque en general sólo experimentamos lo que imaginamos. Las personas tienen esta idea de que este país te brinda algún tipo de permiso que no tienes en el lugar de donde vienes, en tu lugar de origen. Creo que es una fantasía. La gente proyecta aquello de que en Estados Unidos puedes "ser lo que quieras", puedes "cambiar tu identidad", puedes deshacerte de tu vieja vida y tener una nueva. Sienten que allí se puede obtener el permiso para reinventarse a sí mismo, que no tienen que ser fieles a su pasado. Los estadounidenses se mudan mucho, cambian de residencia con frecuencia. Y les encanta la idea de volver a empezar.

JLC: Una cosa que me llamó la atención de En América fue que los actores que la protagonizan son unos idealistas del socialismo utópico, digamos una especie de hippies del siglo 19. Van primero a Nueva York y no les gusta, es una ciudad sucia, ruidosa, donde sólo el dinero manda, no hay idealismo, y alguien les dice: "Ustedes lo que tienen que hacer es ir a California. Nueva York no es América, en realidad lo que es América es lo que está fuera de Nueva York, es California". Esta es una impresión que seguimos teniendo los europeos, que cuando vamos a Nueva York -y nos encanta- solemos decir: "Pero bueno, es que Nueva York no es Estados Unidos". Pero no es Estados Unidos para lo bueno, es decir, Nueva York es la capital cultural del mundo, aparte de la capital económica. Entonces hay esta diferente perspectiva de que Nueva York no es Estados Unidos, no lo era para mal en el siglo 19, mientras que en el siglo 21 lo que salva a Estados Unidos a los ojos de Europa todavía, en gran medida, es Nueva York.

SS: Estoy totalmente de acuerdo. Nueva York no es Estados Unidos, por eso vivo en Nueva York...

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