Surrealismo puro

AutorAnaline Cedillo

XILITLA, San Luis Potosí.- Siete serpientes perfectamente alineadas, inmóviles, vigilan los primeros pasos que dan los curiosos al internarse en los sueños que Edward James materializó en la Huasteca potosina.

Cubiertas por lama, son esculturas que representan los pecados capitales y una parte de la treintena de piezas que el mecenas británico, amigo de artistas como Dalí y Leonora Carrington, construyó entre 1962 y 1984, en el terreno de una vieja plantación de café.

Ahora conocido como Jardín Escultórico Las Pozas, el proyecto del adinerado y excéntrico don Eduardo -descrito así por Obed Zumaya, guía de la excursión- cada año recibe a más de 80 mil visitantes de todo el mundo.

Envueltos en el húmedo calor de la selva, los exploradores suben escaleras de caracol que se levantan hacia el cielo y no llegan a ninguna parte; encuentran plantas tornasol, cruzan puentes, arcos, puertas y aprovechan los rincones a la sombra para recobrar el aliento.

El británico llegó a México en los años 40 buscando orquídeas para cultivar y en el camino conoció a Plutarco Gastélum, su gran amigo. Sin embargo, su idea fracasó en 1962, cuando una helada destruyó gran parte de la plantación; entonces, dio rienda suelta a su mundo de cemento, varillas y símbolos.

Sin arquitectos ni ingenieros, don Eduardo proyectó cada rincón y empleó a albañiles de la zona. Muy pocas obras están terminadas.

"Lo que quería cuando él muriera es que esto se lo comiera la selva para devolvérselo a la naturaleza", cuenta Obed.

Pero eso no pasará, por lo menos no pronto. El legado de James fue declarado Monumento Artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes en 2012 y desde 2007 la Fundación Pedro y Elena Hernández,

A.C., trabaja en su...

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