Sui-Sida/ Pequeños triunfos

AutorEnrique Goldbard

En la última entrega de 1999 de esta columna, mencionamos que la frecuencia de transmisión del VIH/Sida de madres infectadas a sus hijos podía considerarse del 15 al 30 por ciento en países desarrollados y de cerca del 50 por ciento en las zonas más castigadas por la epidemia. Estas diferencias geográficas se deben a diversas situaciones que tienen que ver no sólo con la forma de atención de la madre parturienta, sino también con diferencias en la alimentación de los recién nacidos y varios otros factores.

Se ha destinado una gran cantidad de recursos para tratar de encontrar un esquema eficaz de prevención de la infección vertical del VIH/Sida de madre a hijo, al parecer los grandes laboratorios sí tienen interés en el asunto, puesto que varios medicamentos han probado ser más o menos útiles.

Uno en especial, la Zidovudina (ZDV), ha probado su efectividad en estos casos. Varios estudios con diferentes esquemas de administración de esta droga, han demostrado que la frecuencia de transmisión del VIH de madres enfermas a sus hijos, puede disminuir del 25 al 8 por ciento.

El siguiente es un caso real, demostrativo de lo que se está haciendo en la actualidad en países desarrollados, para prevenir la infección de madre a hijo:

Patricia G., de 24 años, se encontraba aparentemente en buen estado de salud hasta enero de 1996, cuando fue admitida en consulta externa de ginecología por presentar escozor y flujo. Se le practicó un examen físico de rutina y se diagnosticó infección por candida albicans (una de las infecciones vaginales más comunes). Se trató con medicamentos específicos y los síntomas cedieron después de poco tiempo. Sin embargo, durante los 3 meses subsecuentes padeció infecciones vaginales 2 veces más, al parecer del mismo origen. Antes de este periodo jamás había padecido este tipo de problemas. La paciente era sexualmente activa, con aproximadamente 10 diferentes compañeros sexuales masculinos, durante un periodo de aproximadamente 4 años.

Durante el interrogatorio, Patricia G., mencionó sentirse algo fatigada en los últimos 6 meses, con disminución en su "rigor físico". No había tenido fiebre, ni pérdida de peso ni sudoración nocturna. La exploración (examen físico), no aportaron datos adicionales.

Se le mandaron...

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