Sugerencias del Gourmet/ Sencillo, pero delicioso
| Autor | G.L. Othón |
Día a día, la industria gastronómica regiomontana no sólo gana más empresarios dispuestos a invertir, sino también mayor variedad en conceptos, calidad y menús a ofrecer.
Por todos lados, tanto en el área metropolitana como en los municipios cercanos, podemos ver restaurantes que nos ofrecen una amplia diversidad gastronómica: desde comida internacional (china, francesa, española, italiana) hasta alta cocina mexicana.
Sin embargo, de vez en cuando se antoja probar platillos menos elaborados que nos recuerden el sabor de la gastronomía casera, de la cocina de mamá y que, por supuesto, tampoco representen una aporreada a nuestro bolsillo.
Muy cerca de Monterrey -en García, para ser más exactos- existe una opción para la cual no necesita quebrarse la cabeza, sólo un poco de espíritu de aventura (recuerde que aunque cerca, visitar García requiere de un poco más del tiempo habitual que usamos para comer), en particular si es fin de semana. Se trata del Restaurante Plaza Icamole, propiedad del pintor Luis Alférez.
Alférez, quien además ha destacado en la política de este municipio, siempre ha tenido tiempo y lugar para las dos grandes pasiones de su vida: la pintura y, por supuesto, la cocina.
Sencillo, austero y ubicado a un costado de la Plaza Principal y del Palacio Municipal, el Plaza Icamole es una verdadera aguja en el "pajar" de la gastronomía norestense.
Su menú es variado, pero no rebuscado. Yo pedí como entrada un caldo de res ($12.00 plato chico con arroz; $24.00 plato grande con arroz), y mis acompañantes, fideos con pollo ($12.00). Las dos opciones resultaron deliciosas, sobre todo porque fueron acompañadas de tortillas recién hechas.
Los domingos es el día especial para ir, pues además de las carnes tradicionales y de los guisados caseros, el Plaza Icamole ofrece su especialidad: lechón al horno ($120.00 la orden).
Por el tiempo que tarda en cocinar y por ser el platillo dominical más requerido, le recomiendo (si se decide a visitarlo) que vaya temprano y lleve tiempo suficiente para esperar. De hecho, nosotros estuvimos a punto de no alcanzar, pues insisto, la fama del lechón es tal, que es el primer platillo que se acaba, amén de que el mesero nos explicó que, generalmente, la cantidad de comida que se guisa a diario está programada para que no sobre en abundancia.
Debo comentarle que el domingo también encontrará paella (también a $120.00 la orden), cuyo sabor es excepcional.
Mientras esperamos al "invitado" a nuestra mesa...
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