Sugerencias del Gourmet/ Que no le llueva en la milpa

AutorG.L. Othón

Propuestas culinarias han llegado por montones a Monterrey, pero a pesar de todos esos nuevos restaurantes que acaparan aplausos y cosechan grandes éxitos, los especializados en cocina regional siguen siendo amos y señores.

Porque no me han de negar que cuando de comer cabrito o carne asada se trata, a donde se vaya siempre se encuentra casa llena, pese a que todos estos establecimientos no cuentan con un servicio de primera, ni con una infraestructura tan digna y acorde a los precios que uno tiene que pagar por degustar sus especialidades.

Sin embargo, como en todas las cosas, también aquí hay sus excepciones, pues algunos lugares están cambiando para ofrecer no sólo un mejor servicio, sino un ambiente de más categoría.

Tal vez por eso sitios como el Gran San Carlos, el Mirador, El Rey del Cabrito, La Huasteca, el Regio, el Gran Pastor y el Cuatro Milpas siempre lucen abarrotados y se han empeñado en lucir mejor en todos los sentidos.

Hoy me ocuparé del "hermano menor" de los Cuatro Milpas; me refiero a la nueva sucursal que Carlos Elizondo abrió hace escasas dos semanas en Dr. Coss y 5 de Mayo, en plena Macroplaza, siendo éste el cuarto de la cadena (claro, ha abierto y cerrado algunos que no le han funcionado, siendo el más reciente el que estaba en Cumbres) y el sexto de su organización, si no me equivoco, pues también es dueño de los dos Huastecas.

De hecho, La Huasteca de la Avenida Lázaro Cárdenas fue considerado el mejor restaurante por un panel de degustadores convocado por El Norte, que tuvo a bien calificar, en septiembre pasado, los establecimientos que venden cabrito.

Pero, bueno, hoy reseñaré al joven Cuatro Milpas, cuyas instalaciones son de primera, aunque debo señalar algunos errores que pudieron corregir desde el inicio, como eso de ubicar el área de lavado de trastos súper alejada de la cocina, en el otro extremo, lo que provoca el trajín de vasijas de un lugar a otro por el centro del restaurante, algo de muy mal gusto.

Sin duda, Carlos eligió un buen punto y será el dolor de cabeza de mi estimado amigo Braulio Lizarazo, dueño del Grill Plaza, establecimiento que se había posesionado ya como el preferido de los políticos y hombres de negocios del sector, clientela que fácilmente este Cuatro Milpas pudiera "bajarle".

Sin embargo, esto le costará trabajo, pues Lizarazo siempre está al pendiente de su negocio, no así Elizondo, quien los deja en manos de terceras personas.

Visitamos el Cuatro Milpas una noche de la semana...

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