Sugerencias del Gourmet / Rico fin de semana
| Autor | G.L. Othón |
Cuando se ama la naturaleza se hace hasta lo imposible por salir de la Ciudad cada vez que el tiempo lo permite, como lo hago yo con gran frecuencia, así que siempre ando buscando el lugar ideal para comer con la familia.
Es por eso que después de bastante tiempo se me ocurrió regresar al restaurante Hacienda Mirador del Hotel Hacienda Cola de Caballo, que tanto me ha gustado visitar desde mi época de adolescente, más ahora que ha mejorado su cocina, por lo que resulta un verdadero placer.
A esto hay que sumarle que el ambiente resulta ideal, pues mientras uno degusta sus platillos hay mucho que contemplar. Y es que el restaurante está ubicado en la mejor zona del hotel: la panorámica, desde donde puede divisarse incluso la Presa de la Boca.
Ahí todo es verde, por donde se vea, no importa en qué lugar del restaurante esté ubicada la mesa. Eso sí, si es de las que están pegadas al gran ventanal, te permitirá tener doble espectáculo: me refiero al panorama, pero también al bungee, que tanto presumen como el más alto de México. En verdad, es increíble cómo hay gente aventada y cómo habemos mirones.
Pues después del espectáculo, ¡a comer! La carta aquí es amplia y ofrece de todo: entradas, ensaladas, sopas, carnes, aves, productos del mar, sandwiches y antojitos. Además hay un amplio surtido de bebidas y vinos.
Para empezar nosotros pedimos un guacamole y queso fundido con chorizo. Luego, una sopa azteca y cremas de champiñones, espinacas y conde; esta última, la verdad, no me agradó, porque sabía a nada. Yo esperaba el sabor cremosito del frijol, pero éste brilló por su ausencia.
Como platos fuertes optamos por las carnes, aunque uno de mis hijos prefirió las enchiladas de mole, porque según él prefiere comer más light. Ni modo, de lo que se perdió, porque la arrachera, el filete miñón y el rib eye estuvieron estupendos.
La carne llegó en el punto que la pedimos: tres cuartos. Lo único es que de habernos dicho que traía una abundante ración de guacamole, hubiéramos omitido el del inicio.
Sin embargo, quiero comentarles que cuentan con propuestas interesantes, como filetes cocinados a las finas hierbas, pescados preparados de diversas formas y camarones en varias versiones.
Los antojitos también están muy buenos y en ellos incluyen el asado de puerco que habré que probar más adelante, así como el pollo a la cacerola que tanta fama tiene en este municipio.
El servicio es excelente. Nos tocó un mesero joven que siempre nos tuvo bien atendidos. Y...
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