Sugerencias del gourmet / Placentera realidad
| Autor | G.L. Othón |
Tras haberme insistido tanto, finalmente acepté la invitación de mis hijos y me fui a cenar con ellos al Utopía, ese restaurante del que ya había escuchado muy buenos comentarios.
Luego, entre semana, fui con mi mujer y unos compadres, quedando igual de complacido. De hecho, mis acompañantes también lo disfrutaron mucho.
El Utopía, propiedad de Carlos Vidal y su sobrino Mario Batarse Vidal, comandado por la chef Mónica López, graduada del Culinario de México, abrió hace dos meses sobre el Bulevar Rogelio Cantú, en un centro comercial que, desafortunadamente, se ha visto afectado por el puente que le están construyendo enfrente y que, la verdad, ni al caso venía, pues no se necesitaba tanto.
Aparte de que le quitó visibilidad al local, con las lluvias también se ha visto afectado, pues al parecer se ha inundado, sobre todo porque con el puente, las caídas de agua se desviaron y fueron a parar a los centros comerciales. Pero también, con tanto tráfico, su pequeña terraza al frente ha dejado de ser una buena opción, al menos en esta época.
Sin embargo, el menú presentado nos ha cautivado, a pesar de que no son muchas las especialidades ennumeradas.
Este restaurante, aunque tiene un look casual, ofrece muy buena comida, alguna con un toque de sazón árabe, dados los orígenes de los propietarios.
En nuestra primera visita empezamos nuestra degustación con unas papas Utopía con costra, riquísimas, sugeridas por los jóvenes, además de kippes bola y el famoso queso que aquí manejan, que es panela a la plancha bañado con salsa de chile pasilla y plumas de papa.
Debo confesar que todo nos agradó, pero los kippes no son los mejores que he degustado, pues éstos se deshacen fácilmente y carecían, por ejemplo, de piñones. Eso sí, el jocoque que los acompaña me pareció estupendo, mucho menos ácido que otros.
En esa ocasión pedimos también la ensalada rotterdam de pollo adobado, aceitunas negras, queso de cabra, tomate, almendras tostadas y aderezo de mango, mmmmm, todo un manjar; además de la ensalada Alaska con salmón ahumado, aceitunas negras, queso panela y tomate, que sirven aderezada con una vinagreta de jamaica, estupenda.
En lo personal, me incliné por un panini Nueva York que te sirven con 220 gramos de carne de rib eye exquisita, acompañada de cebolla en paja frita, champiñones, queso mozzarella, lechuga, tocino y papas fritas.
Algo que hizo notar mi hijo se refiere a los precios, que en realidad son muy, pero muy accesibles. De hecho, al respecto...
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