Sugerencias del gourmet / Es carismático

AutorG.L. Othón

En la cadena Quebracho, parrilla argentina, todos los platillos se comen con indudable placer.

Para empezar la degustación a la manera clásica, pedimos dos Empanadas, una de carne ($48), bastante buena, y otra Caprese ($48), con queso, tomate y albahaca, la cual resulta impecable. Ambas son un aliciente para acentuar el apetito.

Luego llegan Mollejas de ternera ($145), un espléndido plato con entresijos, glándulas timo de estos becerrillos que se comen con voracidad manifiesta. Encantan por más que se digan cosas en contra de las vísceras. Este platillo está mejor que los probados en casi cualquiera de los fogones argentinos que hay en la Ciudad.

De vino hay que probar Cruz Alta Reserva Blend 2014 ($680), tinto hecho con un ensamble de Cabernet Sauvignon, Malbec y Merlot y de aroma a frutas maduradas.

A la vista, la copa tiene tonalidades rojizas con aspectos violáceos y matices púrpura. En boca sabe a frutos rojos y posee un regusto a arándano. La bebida guarda los logros de quienes la han producido.

Posteriormente se da paso a una Parrillada de verduras ($210), que vale la pena pedir luego de lo ya comido.

Este plato tiene sus ingredientes puestos en la parrilla y bastan apenas unos instantes para que tomen el matiz característico de las brasas. Puede decirse, sin duda, que es una opción magnífica.

¿Cómo ir a un restaurante argentino sin probar el Jugo de carne ($99)? En Quebracho tiene la textura exacta que debe tener el caldo. El mesero lo prepara con un chorrito de aceite de oliva, algo de chile...

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