Sugerencias del Gourmet / Cosmopolita de arriba a abajo
| Autor | G.L.Othón |
Es increíble la transformación sufrida en la mansión ubicada en Av. San Pedro 202 Nte., en la Colonia Del Valle, otrora residencia de la familia Garza Atayde.
Ha surgido como el ave fénix para erguirse majestuosa como un pequeño centro comercial de mucha, pero mucha categoría, en donde apenas han abierto dos negocios: uno de bolsas y accesorios femeninos llamado Furla y otro, el que hoy nos ocupa, el Havana Bistro Bar (que, por cierto, no tiene ni pizca de Cuba, mucho menos de bistro, pero eso sí, mucho de bar), un lugar que como tal está sensacional, lucido y de muy buen gusto, y cómo no si uno de los propietarios es nada menos quien también decoró uno de los restaurantes más elegantes de Monterrey, como lo es el Lan Thai.
Me refiero a Mauricio Lobeira, joven arquitecto de refinado gusto, que lo deja ver en la sencillez de la decoración y en la fina sobriedad que te transporta a un exclusivo lugar en París o Nueva York. Los otros socios son Moris Zablah, Raquel Santos y David Muñoz, todos muy paseados y muy conocedores también.
La entrada del Havana Bistro Bar se encuentra en la planta baja de la casona; por ahí desciendes a un sótano que, alguna vez, visité en ocasión de una fiesta "psicodélica", de ésas que se hacían allá por los años 70 y que, por algún motivo, quedó grabada en mi memoria, de modo que puedo decirles que la transformación de este sótano me dejó con la boca abierta, inclusive dejaron la antigua escalera que conducía al primer piso, sin llegar ahora a ninguna parte, sólo como decoración, y se ve fabulosa; en realidad todo el lugar se ve cos-mo-po-li-ta.
Ahora bien, en cuanto al personal, con excepción de la recepcionista que se ve un poquito inexperta, todos son muy amables, empezando por Pierre Baudouin, gerente del lugar, importado directamente de La Parola y Bruleé Bistró (¡qué poco les duró el gusto!, hay que recordar que estamos en un país libre y, seguramente, tuvo razones de "peso" para cambiarse), quien anda de un lado para otro viendo que todo esté en su lugar y apoyado por los otros gerentes, Carlos Pimentel y Adán Chavarría. Los meseros son todos jóvenes ataviados con sendas túnicas de manta al estilo tunecino o marroquí (cualquiera es bueno), que se ven muy bien.
Cabe mencionar que este sitio tiene tres cuartas partes de bar y una cuarta parte de restaurante, ambas muy bien logradas, y está principalmente concurrido por parejas de jóvenes veinte y treintañeros, aunque también resulta agradable para los...
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