'Sufren' su oficio

Mal pagados y sin un sistema de estímulos, los defensores de oficio en el Estado y especialmente quienes trabajan en materia penal, se multiplican para cumplir con sus obligaciones y asistir simultáneamente hasta ocho personas en un día.

“Carlos”, quien sale de su casa a las 7: 30 horas todos los días para llegar a trabajar a las 9: 00 horas al juzgado que le corresponde, explica que la carga de trabajo es excesiva y ésta se alimenta por las notificaciones tardías, pues también el personal de esa área es insuficiente.

“El problema es (...) que las actuaciones no se acuerdan en forma inmediata, nos retrasa el trabajo y como consecuencia se nos acumula, en un momento dado los notificadores nos presentan los expedientes para desahogarlos en un día, y son de 50 a 60 los que tenemos que desahogar”.

Las notificaciones tardías conllevan que los litigantes del Estado no pueden atender adecuadamente a los familiares de los internos, ya que el tiempo lo deben dividir entre las audiencias, aplicar los recursos para defender a los acusados y entrevistarse con las personas que lo soliciten.

“Eso entorpece otras actividades, como ofertar pruebas, contestar conclusiones lo más rápido posible apegados al término que la ley nos concede y naturalmente en la atención particular a los familiares, (que) no entienden que cuando el defensor oficial está desahogando una diligencia no puede atenderlos (y se enojan)”.

Con una percepción aproximada de 8 mil pesos mensuales, el defensor de oficio debe trabajar entre 10 y 15 horas al día, sin recibir pago de horas extras, ni contar con recursos necesarios como computadoras o auxiliares.

“De ninguna manera no nos pagan horas extras, no tenemos ningún estímulo al respecto, ni lo hemos exigido, así como tampoco el material y computadoras pero sacamos el trabajo porque nos gusta y sabemos nuestra obligación”, dijo el defensor de oficio.

Para “Manuel” otro defensor de oficio, la problemática que percibe con el retraso en el trabajo es la carga de horario, ya que debe invertir alrededor de tres horas diarias para ir al día.

“Para desarrollar nuestras funciones no tenemos ningún problema ni dificultad alguna, puesto que todos sabemos la carga de trabajo que tenemos”.

No obstante el abogado reconoce que debe desahogar por día unas seis diligencias o más, como el pasado 28 de septiembre, cuando intervino en cuatro audiencias más cinco interrogatorios.

Los defensores de oficio...

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