Sufren los familiares en los campamentos

"Es bien difícil. Hay días que no tenemos ni para comer. La gente del pueblo a veces junta 200 o 300 pesos y nos mandan, pero no siempre", cuenta Rosa González, procedente de Jalisco, quien lleva cinco meses durmiendo en una casa de campaña en la explanada del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS.

La mujer acompaña a su hijo y a su nieto Mario, de 14 años, quien padece cáncer en los huesos.

Sus opciones son: quedarse en un modesto albergue que cuesta 45 pesos la noche, pagar hospedaje en un hotel cercano o esperar a que se desocupe un lugar en un refugio gratuito de la asociación Por Un Hogar, que sólo tiene espacio para ocho familias.

Pero los cuartos, que se rentan por 250 pesos al día o 4 mil pesos al mes en la Colonia Doctores, donde se ubica el hospital, son un lujo inalcanzable para la mujer.

"Hay gente que nos regala una torta o un taco. Yo me como una parte y le guardo algo a mi hijo. A veces también nos comemos lo que deja mi niño, como tiene mucha náusea come muy poquitito. Antes le decíamos 'El Gordo', imagínate, y ahorita está en los puros huesitos. Vieras cómo me duele verlo", cuenta.

De acuerdo con datos del IMSS, 550 mil familias son referidas a este centro cada año, principalmente de Jalisco, Guerrero, Chiapas, Veracruz...

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