Sufren ataques 'picudos'
| Autor | Fernanda Carapia |
En Juanacatlán es tan indispensable la leche como el insecticida. Todos los días las señoras compran su litro de leche acompañado con una caja de espirales, laminas o de spray; no importa la presentación, el objetivo es el mismo: acabar con los mosquitos.
Las tardes de paseo en la plaza del pueblo terminaron. No es posible comerse una nieve, un elote o tomarse un agua sin tener a un lado el insecticida, pues la cantidad de moscos es tal, que terminan en la boca.
Aunque está nublado, el calor levanta el olor a alcantarilla y aguas negras que emanan del Río Santiago; es fuerte, pero los pobladores ya están acostumbrados.
A lo que todavía no logran adaptarse es a la plaga de moscos que, poco a poco, se han adueñado del pueblo. A las 7 de la noche, Juanacatlán muere. La gente se encierra en sus casas y comienza una batalla frontal contra el insecto.
Los botes de insecticida son el arma principal, también se ayudan con las manos o un trapo para "aplastar" al enemigo.
"Los panales de zancudos se acercan a las puertas, no sé por dónde se meten, pero nos acabamos un bote de raid y aparte ponemos espirales o placas, pero ni así puede uno dormir a gusto, en la madrugada el zumbido es insoportable, nos tenemos que levantar a poner más raid y con el olor duele la cabeza", explica María Magdalena Pérez.
Y no es broma, son las 12 del día y los zancudos duermen, buscan un lugar oscuro para "reponerse" de la batalla nocturna, pero basta mover un mueble para que salgan de su escondite.
Se ven como pequeñas pelusas en el aire, no vuelan muy alto, cuando se aplaude cerca de ellos, 6 ó 7 quedan aplastados en la mano.
En la ventana de la casa de Cecilia Galván hay 50 zancudos que se posan en su mosquitero, el problema es que están por dentro; en el piso un centenar de "cadáveres" son la prueba de lo que tienen que pasar todos los días.
Pero el uso constante de insecticida ha hecho que el mosquito sea cada vez más resistente y aguante más el embate del veneno.
"En las tardes el baño se llena de moscos, todo el piso esta cubierto de moscos disque muertos, pero en la noche todos desaparecen, los espirales o el raid ya no les hace, como que los ataranta y luego se recuperan", comenta Cecilia Galván.
La guerra la están ganando los zancudos. Pese a las fumigaciones que ha hecho la Secretaría de...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba