Sufre familia de males

AutorAlejandra Atilano

Nunca tuvo la oportunidad de estudiar porque en ninguna escuela la aceptaron debido a los severos ataques de epilepsia que Leticia Aguilera Estrada sufre desde pequeña.

Ahora Leticia tiene 23 años y, aunque es una persona adulta, tampoco puede trabajar, porque los ataques epilépticos se lo impiden, ya que sufre a diario de 4 a 5 convulsiones; en su rostro se pueden observar las secuelas que le han dejado las caídas.

Eso ha obligado a Leticia a ser económicamente dependiente de sus padres, el problema es que los dos son personas mayores, también enfermas, que ya no pueden trabajar.

Su padre, de 70 años, Alfonso Aguilera Ríos, utiliza una silla de ruedas porque desde hace un año ya no puede caminar, debido a tres tumores que se le formaron en la columna.

Cuando trabajaba sacando cantera tuvo un accidente con una barra, los médicos le dijeron que la "sangre molida" que se formó por el golpe hizo que se le formaran los tumores y aunque no son malignos, la salud de don Alfonso se fue deteriorando hasta que terminó en un silla de ruedas. No cuenta con seguro social ni con pensión.

Él tenía la esperanza de volver a caminar, pero los médicos ya le advirtieron que eso no va a suceder.

"Se me durmieron las piernas y ya no pude caminar, a lo que me dijeron ayer, dicen que no voy a volver a caminar, porque la médula quedó muy apretada", comentó el papá de Leticia.

La mamá de Leticia es quien se hace cargo de ambos enfermos, sus demás hijos le ayudan cuando pueden con algo de dinero, pero no es suficiente para cubrir todos los gastos que se necesita, ya que deben de comprar las medicinas para los ataques epilépticos y todo lo que necesita don Alfonso, que son gasas...

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