Sufre una crisis, pero la salva Río

Nely Miranda tuvo una lucha intensa con su cuerpo para poder ir a los Juegos Paralímpicos de Río 2016.

"Dame permiso para llegar a Río, de llegar bien, te prometo que te voy a cuidar lo más que pueda, prometo no exigirte más de lo que no puedas y hasta donde me digas le paramos", le imploró inmóvil la nadadora a su cuerpo durante tres meses.

La multimedallista paralímpica sufrió un problema grave de salud en el penúltimo selectivo del año pasado, la tuvieron que sacar convulsionando de la alberca, la pesadilla de hace 16 años se repetía y el trabajo de cuatro años se derrumbaba.

De nuevo no podía mover los brazos, necesitaba ayuda para comer, bañarse y vestirse.

"En mi cabeza me empecé a meter la palabra Río. Mi cuerpo me ha respondido, no sé en qué momento mi cuerpo me diga basta, mi cuerpo es muy noble y no le voy a fallar. Fue iniciar de cero, volver a moverme dentro del agua", contó Miranda con la voz quebrada a METRO.

Mañana será la encargada de portar la Bandera de México en el desfile de la ceremonia inaugural de los Paralímpicos, en el mítico Estadio Maracaná, un papel que le suma presión.

"Es un orgullo enorme, pero también es mucha responsabilidad porque te hace dar más el plus, no sólo estás representando a tu País.

"No sólo es ser la punta de la delegación, te vuelves el foco de atención que van a seguir y van a esperar lo mejor de ti porque porque por algo te eligieron", subrayó.

Nely llega con más madurez a Río después de sus primeros Juegos, Beijing 2008, de los cuales aún recuerda cómo la piel...

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