La suerte de las Plebeyas

AutorCarlos Rubio

Gente!/Corresponsal

MADRID.- Letizia Ortiz es considerada la nueva Cenicienta; Mette-Marit tuvo que enfrentar críticas por ser madre soltera; Máxima Zorreguieta carga con el pasado de su padre, un ministro del dictador argentino Videla, y Mary Donalson es una abogada sin sangre azul.

Ellas son las futuras reinas de Europa, un grupo de mujeres que han llegado para renovar las monarquías del viejo continente.

Cada una encontró a su príncipe, y ellos se enamoraron ignorando el pasado de sus parejas o que no contaran con algún título nobiliario.

El primer aviso de que algo sucedía con la nueva generación de jóvenes princesas en el seno de las monarquías europeas fue la historia de Diana de Gales.

Su relación con el Príncipe Carlos de Inglaterra supuso un shock en las aristocracias, acostumbradas a que fuera de sus fronteras no trascendían palabras "no autorizadas".

Felipe de Borbón y Letizia Ortiz

El cuento de hadas

De las futuras reinas europeas, la que encaja más en el cuento de hadas es la de Letizia Ortiz, prometida del heredero al trono de España.

Nacida en 1972 y de clase media, llegó a ocupar un lugar privilegiado en el periodismo.

Reportera, presentadora sustituta y más tarde estrella de TV, la futura Princesa de Asturias ha contado con el beneplácito de su pueblo desde que el 6 de noviembre se anunció su compromiso con el Príncipe Felipe de Borbón.

Así se disiparon las dudas en los sectores recalcitrantes de la monarquía, a la que su estatus de persona normal y corriente ha dotado de aire renovado.

Los detalles de su amor están por contarse, pero se sabe que todo surgió en una velada que dio paso a un romance discreto que culminó con el anuncio de que el soltero real más cotizado de Europa se casaría con la periodista el próximo 22 de mayo.

Con esa historia, Letizia es considerada la Cenicienta del Siglo 21.

Mette-Marit Tjessem y Haakon de noruega

La inapropiada Princesa de Noruega

Mette-Marit Tjessem, nacida en 1973 y actual Princesa de Noruega, fue considerada desde el principio de su romance con el Príncipe Haakon como "inapropiada" para el papel de reina porque era madre soltera y aficionada a las fiestas.

Más tarde salió a la luz su pasado de drogas, pasarelas y apariciones en programas de TV que hacen cualquier cosa por la audiencia, independientemente de sus rabietas en público.

Hija de una familia de clase media, Mette-Marit conoció a Haakon en un festival popular y a partir de ahí continuaron su relación resistiendo críticas y...

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