La suerte está echada

FRIBURGO, Alemania (AP).- Aunque un grupo de temerarios sprinters encabezados por el italiano Salvatore Comesso se robó el espectáculo en la etapa de ayer, el líder general, el estadounidense Lance Armstrong, rodó por el corazón de la Selva Negra alemana como el confiado rey del Tour de Francia, aunque todavía no lo quiere reconocer.

Armstrong arribó a la línea de meta en el lugar 34, más de 15 minutos atrás del ganador de la etapa, pero retuvo sus 5':37" de ventaja sobre el sublíder Jan Ullrich, quien entró en el lugar 42.

Sin embargo, después de la jornada, Armstrong desestimó la pregunta sobre qué se siente ganar la ronda gala en años consecutivos.

"¿Me está hablando en serio?", reviró después de una incómoda y larga pausa. "La carrera no...

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